Buenos días, señores estoy sorprendido por lo que me conto una doctora amiga y cada vez estoy más convencido de la hipocresía de la sociedad dominicana, especialmente la clase política que administran la cosa pública.
Recientemente estuve asistiendo a un centro médico y conversando con una joven médico, salió relucir el problema de miles de adolescentes de nuestros barrios y zonas rurales que se están embarazando a los 13,14,15 y 16 años.
Pero esto ya es común en este país y otros países de América Latina, pero realmente la situación más desgarradora es que la mayoría de estas niñas no saben leer ni escribir, ya que cuando acuden al médico no pueden descifrar las recetas y recomendaciones para someterse algún tratamiento o estudio que le indican.
Creo que las clases políticas de nuestro país han enterrados las cabezas en la arena como el Avestruz, para no mirar ese problema social que se está generando con esta situación entre las familias de menores ingresos de la República Dominicana.
La mayoría de los partidos del sistemas o más bien los que están y los que han estado en el poder, con tal de obtener votos y simpatías han optados por pactar con las diferentes sectas religiosas, llámese iglesia Católica y las demás religiones que inciden e la población dominicana, para no imponer de manera inmediata la educación sexual en las escuelas, así como la planificación temprana a estas adolescentes que en su mayoría se inician en la actividad sexual antes de los 15 años.
No es posible que en pleno siglo 21, nuestros congresistas le teman a que las iglesias manden a votar en contra de ellos, antes que asumir su rol de legislar para la mayoría de la sociedad sin importar religión o color.
El Estado está en la obligación de proteger a los sectores vulnerables de la sociedad y por tal razón debe utilizar los mecanismo de lugar para obligar a todos los padres o tutores de adolescentes para que tengan que llevarlas a un centro de salud una vez cumplan 14 o 15 años a someterse a algún método de planificación, para evitar esta desgracia que está empobreciendo de manera vertiginosa a muchas familias dominicanas.
Las niñas que no estén bajo la tutela de algún familiar, el Estado debe asumir su protección a través de las entidades que se encargan de estos asuntos como CONANI o el Ministerio de Salud Pública.
Por Santo Asencio