¿ Qué pasaría?
Hacen sólo unas dos o tres décadas atrás, era tan fácil estar embarazada y esperar con ansias y felices la llegada de una nueva criatura al seno de nuestras familias, pues sólo teníamos dos opciones:
La unión de los dos elementos fundamentales para crear una vida.
Varón ( Espermatozoide) o Hembra ( Óvulo), sin importar cual fuera tu concepción del origen de la vida y del mundo.
Creación vs. Evolución.
Los preparativos y la espera giraban en torno a la ropita que usaría, como decorar su habitación y más sorprendente eran las expectativas que se generaban en torno a los rasgos físicos que heredaria la criatura de sus progenitores.
Que sencillo era todo. ¿Verdad ?
Pero de pronto, un grupo de eruditos y activistas decidieron que eso era muy aburrido, que había que buscar la forma de que los habitantes de este globo terráqueo se miraran a la cara y sintieran como que sus semejantes fueran para ellos desconocidos y que por consiguiente se creyeran dueños del entorno en el que se desenvuelven, provocando disputas y lucha de poder entre hermanos.
De ahí nace la funesta ideología de genero, usada por las grandes potencias para anular la voluntad psicosocial de los pueblos tercermundistas y dependientes, con el único objetivo de entretener a sus ciudadanos y así adueñarse de todas las riquezas que posea tal o cual país donde se requiera implantar bajo fuerza mediática y presión social.
Para los dominicanos la trampa ya llegó. No es coincidencia que la reforma a la Constitución, el encendido de la planta de Punta Catalina y la implementación de la ideología de genero en las escuelas llegaran al mismo tiempo.
Dominicanos despierten, como dice el refrán « Nos cogerán asando batata» porque « Todavía va Juan y Jaya» ( ojo, no es una falta ortográfica, es que así se dice en mi país).
Si no usamos la correa de la consciencia social y nos apretamos los pantalones de la educación, los políticos y las bocinas de la bendita ideología de genero, nos los van a bajar y ya ustedes saben que duele cuando no se está esperando el trancazo.
Y como dice el pueblo de a pie
« Tu supiste, eh ».
Ahí los dejo, voy rumbo a Bergamo, Italia a compartir con mis compatriotas dominicanos.
Así que como dice el Kukito
« machucalo,.machucalo machacalo!!!
Por Arelis García López.