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14 de mayo 2024
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OpiniónEdgar MarcanoEdgar Marcano

El índice de desarrollo humano está anclado en la era del jefe

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En RD la violencia social, la inseguridad ciudadana y la falta de garantías es el pan nuestro de cada día a pesar del estado de excepción, en adición al desasosiego generado por la pandemia y la farra electorera, en tanto los ediles salientes retienen los pertrechos de las alcaldías y el rey emérito de España se refugia en el país sin que a nadie le importe, mientras el relajo de la desescalada ha desatado una escalada de mortalidad y contagios, la pandemia se expande entre los camikases dominicanos que gestionan su harakiri colectivo, es una terrorífica realidad, Covid nos ha enmascarado a todos  modificando nuestros usos y costumbres domésticas.

La opinión pública mediática se empeña en colocar al delfín de la regencia en la gatera, lamentablemente carecemos de voces altas ante la crisis polidimensional vivida, la regencia juega a la carambola, en lo que la plebe tararea La Marsellesa, en tanto unas oscuras botellas legislativas han vendido en pública subasta en un bazar de cinismo y de doblez, nada más y nada menos que el permiso para la quinta cuarentena, derrotando así a las huestes opositoras, algunos sostienen que el contagio de la tayota es un ardid buscando un golpe de impacto y una tregua a sus enormes gastos, entre otras patrañas, en horas de angustias y ansiedad colectiva, en lo que la regencia la detenta un partido oculto en el gobierno, mientras el proselitismo discurre entre campañas sucias y descréditos perturbadores, al liderazgo opositor mayor pecador, insensible e imprudente no les importa la peste para nada.

Covid crece, prevenir y subsanar su contagio es necesario en lo que el proselitismo clientelar es una plaga peor que el virus, mientras sin nobleza la solidaridad a la plebe es escasa, salvo la gran acción cívica dispensada por el inmenso Penco.

Hoy ignoramos la viabilidad de celebrar las elecciones bajo un estado de excepción con movilidad restringida, ahorita si nos descuidamos en la estrategia  treparan nuevas hordas a las mieles del poder,  mientras el paisano común sigue halando aire, carteles marchan raudos al capitolio, algunos bajo la sospecha del peligroso narcocambio, pues sus figuras impulsan la narcodemocracia bajo la consigna SE VAN, en una RD sin rostro, bajo mascarillas, mismo la crisis se está solventando con formidables programas sociales y gran ductilidad, sin perder de vista el futuro y la gobernabilidad.

Forzados, sin juicio, vamos al matadero electoral, unos gestionan sus beneficios, otros quieren contar sus votos, mientras tanto nuestro índice de desarrollo humano está anclado en la era del jefe, la calamidad dominicana es polidimensional, impera una implacable cleptocracia despiadada, basta ver cómo el liderazgo mayor opositor organiza aglomeraciones arriesgando irresponsablemente la salud colectiva, marchando hacia el rebrote del Covid, se exceden de desconsiderados, engreídos y prepotentes, no saben que apuntalar aspiraciones en la peste es un grave error político de mayor calado que la corrupción administrativa, el nepotismo de treta en treta, de ardid en ardid, de patraña en patraña, de coartada en coartada, todas expresadas hoy en una guerra de encuestas sesgadas, en lo que se advierte a leguas que la abstención será muy alta, pues solo los más pendejos usarán sufragar a riesgo de perder la salud, ahora los bandos en pugna exaltan que la sociedad dominicana nada en el estercolero del narco y a nadie le importa, mientras cada cuatrenio se permutan los capos intocables.

Por Edgar Marcano

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