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26 de abril 2024
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OpiniónEdgar MarcanoEdgar Marcano

Dos vasos de café, la soberbia y Don Miguelo son las sensaciones del momento

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Dudamos de la prometida eficacia e idoneidad del nuevo ruidoso funcionariado, hay que cogerles la seña,  su accionar es disparatotémico, diariamente encajan sandeces en vez de planes, más les vale dejar su asombro recordar que los logros se alcanzan con estrategias. Ustedes  no han descubierto América y hoy las fórmulas de gobierno vienen dadas en el libreto de la globalidad, dejen su alharaca y formulen decisiones o decidan formulaciones.

Exiliado estoy desde 1984 y no me asombra la barbarie dominicana, ni sus causas, además vender sueños no es gobernar. Hoy ni siquiera saben que hacer con el año escolar, en nuestro país cualquier campesino da para obispo y es veedor, crítico, fiscalizador y control del estado y la gobernabilidad, en República Dominicana ya los tontos se extinguieron, no vengan a cogernos de pendejos.

No basta con relaciones públicas para generar bienestar social, pues el hombre vive de la producción. Ahora Don Miguelo, dos vasos de café y un minuto de soberbia protagonizan el espectáculo nacional, evidente táctica de distracción en un momento que salvar vidas y reactivar la crematística es imperativo.

Hasta el fulgor de la selección de los inculpadores impolutos para joder a los comesolos, han sido opacado por la agresión de los dos vasos de café, los bailarines infantiles de mal gusto y las ocurrencias de Don Miguelo, en un país donde las sentencias y las posiciones en las cortes se venden por libras, ni el poder judicial, ni el ministerio público inspiran confianza, eso es una aberración y un borrón a la democracia.

Mientras los entrantes no encontraron nada en la piñata, ni registros, solo hallaron un botín de una enorme nómica pública a la que están aplanando sin importar méritos, ahora las hordas de Atila la suplantan. El cambio toma cuerpo mientras 2 vasos de café, un bachatero aberrante y unos bailarines infantiles de mala muerte ocupan las primeras páginas de los diarios y viralizan la red.  Mientras la plebe anhela Estrategias útiles de recuperación, gobernanza, apoyo, promoción, etc.

Mientras Jirán tiene desde hace décadas una fábrica de licenciados análogos, medias planas, ahora sus huestes propugnan por técnicos afincados en la tecnología. En tanto los pelagatos ascendentes no han pasado por el tamiz del dopaje ni de la declaración jurada de bienes a pesar de que algunos son rastafaris trasquilados. Borradas las ideologías de nuestra industria política, poderoso caballero es don dinero y meritocracia al carajo.

Hoy la mayor cuota del poder político y burocrático lo acapara el empresariado, estos saben suma de por y burlarse de los activistas, pues nuestros amos venden al contado y cobran friendo y comiendo. Desafiantes tutumpotes, inversionistas en las empresas políticas, lucen tener portafolios de proyectos propios y se enquistan en el tinglado del gobierno y los partidos, nuestro empresariado es un camaleón.

Esos fantoches y charlatanes sugieren culpar a la incertidumbre del Covid por el no cumplimiento de los objetivos de desarrollo del milenio, escurren el bulto para no admitir que ellos le han hecho el caso omiso. Tan malos son nuestros empresarios y su claque que suplen agua, saneamiento, electricidad, teléfono, transporte, etc, sin más regulación que las leyes de las fuerzas del mercado. Don Miguelo, sus ocurrencias y otros espectáculos de mal gusto se han robado el show, son las sensaciones del momento y las manifestaciones reclamando su libertad superan a las marchas y concentraciones políticas, la marcha verde ha madurado y su gestor hoy es un ministro, definitivamente República Dominicana es un país fallido.

 

Por Edgar Marcano

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