Tras casi dos décadas gobernando, con aciertos y desaciertos, el PLD y su cúpula dirigencial tendrán que hilar muy fino para el torneo electoral del 2020.
El PLD ha dado al país saltos cualitativos y cuantitativos importantes en termino político, económico y social. Una simple radiografía visual así nos los muestra.
Los hechos y las realidades están ahí, al punto de que Republica Dominicana es referente en términos de los países del hemisferio sobre estabilidad macro económica y política, por más resabio político, por más encono que le tenga al PLD esa es una verdad que late en cada dominicano e incluso extranjero, estos últimos toman al país como refugio ante la inestabilidad y crisis económica y políticas de sus nacionales.
Pero luego de tantos años gobernando, con el apoyo de los principales partidos y grupos políticos del país, incluyendo al PRD, la gente, el pueblo manifiesta quejas y disgustos sobre temas nodales, como es la corrupción, la inseguridad ciudadana, la falta de transparencia en la justicia, y sobre todo el hastío que sienten al ver las mismas caras, los mismos elementos, ya cansado y fatigado, dirigiendo las dependencias del Estado como si fuera un coto familiar y particular.
Esos funcionarios se han acotejado en sus funciones al extremo que no bajan al barrio de donde son oriundo, no se conectan con la gente, con sus compañeros de partido, hay una desconexión con el pueblo.
El ejemplo del presidente Danilo Medina, que baja a la base, al barrio, al campo, que escucha a las mujeres, a los sectores organizados y les busca solución a sus problemas a través de la visita sorpresa, no es emulado por los funcionarios que tienen ya casi dos décadas en el tren gubernamental.
Se precisa de un remeneón del PLD y del gobierno, de un relanzamiento, de caras nuevas y de proyectos innovadores.
Deben entender que para que haya continuidad de sus ejecutorias y sus gobiernos, tienen que reinventarse, permitir la alternabilidad, la democracia interna.
La gente, el pueblo e incluso muchos peledeistas ya no asimilan que solo en Leonel Fernández y Danilo Medina penda el destino de su organización y que de sus decisiones dependa el curso de los acontecimientos nacionales.
No es que solo en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) podría ocurrir la división más dañina en su historia política, de mantenerse ese caudillismo, sino que se irían del poder de mala manera.
Pienso que el entendimiento debe primar, pero a favor de la alternabilidad que debe producirse en ese partido.
De lo contrario, el PLD vera disminuida su influencia, muchos de sus aliados se irán, y tendrá serias dificultades.
Recursos humanos, capacidades tiene el PLD de sobre para impulsar la renovación de ese partido, la alternabilidad necesaria y reclamada.
Ahí tienen, por mencionar un nombre de los tantos que existen, a un dirigente, un hombre, callado, paciente, va tomando fuerza, simpatía, y se le ve como el que podría salvar la situación y ser el impulsor del cambio necesario en el PLD, porque está fuera de los antagonismos, de las luchas estériles, ese que va ganando espacio lo es Francisco jabier García.
Va tomando perfil y fuerza en el PLD y fuera de esa organización.
Desde fuera se ve que por ahí podría producirse la alternancia, una visión de relevo y cambio en ese partido político.
