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12 de mayo 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

Los haitianos a tres bandas (migración, acuerdos y solidaridad

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Para mal o para bien, la República Dominicana tiene que tratar con una realidad que es inamovible, vivimos al lado del país mas pobre y atrasado del hemisferio, es un territorio que se ha convertido con el paso de los años en un estado fallido y también constituye un dolor de cabeza, por múltiples motivos, para países tan poderosos como los Estados Unidos y Canadá (motivos migratorios) y Francia (motivos históricos).

En un solo día vivimos las tres caras de nuestra relación con Haití, que va cambiando a medida que la situación internacional y los intereses que confluyen en tratar de resolver la situación interna de dicho país, por los que verdaderamente gobiernan a larga distancia dicho territorio, se modifican para adaptarlos a nuevas situaciones geopolíticas.

Imagínese usted sentado en el Departamento de Estado o las cancillerías de los países que se han pasado mas de 15 años manteniendo un ejercito de ocupación denominado Minustah, si está ansioso por dejar en manos de los que dicen son autoridades de Haití el ejercicio de su soberanía y tiene la oportunidad de presionar a un país vecino a que le resuelva un problema que hasta este momento es insoluble.

Pues la lógica y racionalidad le dice a cualquiera, que debe buscar la forma de hacer cargar a quien ha tenido la gracia, la dicha, la suerte o ha invertido esfuerzo y trabajo para progresar, como es el caso de nuestro país, con una parte importante del peso que le corresponde a todos para tratar de estabilizar al vecino que sea abandonado casi a su suerte.

De eso se trata una de las bandas de que hablamos en relación al tema haitiano y su relación con la República Dominicana cuando vemos no sin sorpresa, que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos dependiente de la Organización de Estados Americanos, se atreve a colocarnos en una denominada ¨lista negra¨ de países en el hemisferio que violamos los derechos humanos.

Y según la susodicha corte, somos violadores de los derechos de los haitianos, porque padecemos de un racismo estructural, nos imaginamos que dicha corte evaluó los pronunciamientos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y sus declaraciones sobre los ¨bad hombres mexicanos¨ a quienes por su nacionalidad los engloba y acusa de violadores y criminales, solo que no lo incluyó en la ¨lista negra¨ porque es blanco de piel y nosotros somos la mayoría mulatos.

Demás está discutir en base al derecho que tenemos ya que nuestra constitución, como sucede con un gran número de países alrededor del planeta, no admite el dar la nacionalidad a todo aquel que nace en su territorio, y pone límites a los extranjeros en este tema ya que para nosotros sería suicida admitir como dominicano a todo niño que abre los ojos por primera vez en nuestra tierra.

Esto porque somos el territorio con mayor densidad poblacional en las Américas, una isla cuyo límites marítimos obliga a sus habitantes a acomodarse en un territorio limitado a 75 mil kilómetros cuadrados, donde en este momento conviven mas de 23 millones de personas en dos países tan diferentes en su origen e historia, pero que están obligados a permanecer unidos por obra y gracia de la naturaleza.

El tema de la nacionalidad por derecho de nacimiento, ratificado por nuestro Tribunal Constitucional en la sentencia 168-13, es innegociable, no importa las sentencias de la CIDH, ni las ¨listas negras¨ que se inventen, lo que hicimos fue sustituir a Guatemala como compañeros de dos regímenes totalitarios como Cuba y Venezuela.

Ni siquiera vale la pena usar argumentos tales como que cumplimos un Plan de Regularización, que hicimos un esfuerzo económico y de organización interna para identificar a todos los haitianos que bien en nuestro territorio, que somos objeto de una campaña injusta por parte de organizaciones financiadas por países que necesitan sacarse a Haití de su lista de cosas pendientes y endosarlo a nosotros, simplemente nada de eso se va a entender porque no se quiere.

Al mismo tiempo que se daba a conocer esta ¨lista negra´ en Washington, de modo coincidente y paralelo, se realizaba en nuestro país una reunión entre los cancilleres de República Dominicana y Haití, donde el ambiente era totalmente diferente a las acusaciones que nos llegaban desde la sede de la OEA.

En una reunión de trabajo entre el los Ministros de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas y Antonio Rodrígue, se llegó al acuerdo de reestructurar la, hasta ayer abandonada y olvidada Comisión Mixta Bilateral entre nuestros dos países, con el fin de dar poner en ejecución y dar seguimiento a los acuerdos a que se han llegado entre los dos gobiernos.

El ambiente y la respuesta a la CIDH por parte de las autoridades dominicana y haitianas, antes que ser de confrontación y confirmar el ¨racismo estructural¨ de que se nos acusa, es la puesta en vigencia del organismo que debe construir las reglas para el fortalecimiento del comercio, migración y los acuerdos de cooperación que se han firmado pero no se han ejecutado.

Ademas el gobierno haitiano, a través de su canciller, anunció que comenzará a entregar mas de 10 mil documentos de identificación a sus nacionales que viven en la República Dominicana, con el fin de cumplir con su parte en cuanto al proceso de regularización que para cumplir con la ley emitida para esos fines, fue puesta aprobada y puesta en vigencia por el congreso y el ejecutivo dominicano.

Ahora, la tercera banda donde deberíamos hacer énfasis para desmontar la campaña perversa que se levanta periódicamente en contra de nuestra nación, debía ser transparentar todos los servicios que de modo gratuito para los haitianos, pero cargados al presupuesto de la República Dominicana, entregamos a una población que literalmente se muere de hambre y enfermedades ante la indiferencia de la denominada comunidad internacional.

Nadie ha hecho mas por el desgraciado pueblo haitiano que la República Dominicana, solo que es un secreto para nuestros hermanos de Latinoamérica, que sus mujeres y sus niños reciben atenciones médicas, se les dan medicamentos y servicios de modo totalmente gratuito en nuestras camas hospitalarias y los dominicanos, esos mismos que son ¨racistas estructurales¨, nacen en las mismas cunas e incubadoras que los recién nacidos haitianos.

Tampoco hacemos saber que es en nuestras escuelas, con nuestros pupitres, nuestros pizarrones, nuestros maestros, nuestras tizas y nuestros borradores, donde se educan miles de nacionales haitianos, la mayoría de ellos indocumentados, sin que este pueblo dominicano, cuyo nombre rueda en una lista negra por todo el continente, exija ni reclame a nadie los millones de dólares que gastamos como ejercicio solidario con una población abandonada a su suerte por muchos años.

Nadie tiene la culpa de que este país llamado República Dominicana, haya sido capaz de organizarse de modo que podamos enfrentar como un pueblo trabajador el aislamiento a que naturalmente estamos obligados por nuestra condición de isla y que hemos podido avanzar a pasos firmes hacia una mejoría de la condición de vida de nuestros habitantes, hasta hace unas décadas tan pobres como los haitianos.

Si estamos en una ¨lista negra¨ por nuestra condición de país solidario y firme en la defensa de nuestra condición de nación soberana, a mucho orgullo, lo único que le queda a la CIDH y a la OEA, es sacarnos de ella, cuando quieran, a la hora que quieran, porque ceder nunca lo vamos a hacer.

 

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