La alianza política conformada por el PRD-Miguel Vargas y PLD-Danilo Medina fue vista con “buenos Ojos”, ha sido un ejercicio de la democracia, además es un derecho de unirse electoralmente, ponerse de acuerdo, formar una alianza, esa es la democracia.
La valoración desde el principio fue positiva.
Los perredeistas aceptaron y respetaron esa decisión porque les convenía a ambos aliados.
Se le denominó Gobierno Compartido. El entusiasmo fue desbordante, confiaron los perredeistas en participar en el tránsito de hacer un buen gobierno, que se tomaran decisiones desde el Estado donde se le integrara a los dirigentes municipales, regionales, zonales en los proyectos del Gobierno Compartido.
Tomar decisiones en áreas que se habían olvidado por años en el país.
Pero, a dos años de gobierno las cosas no han salido como se esperaba.
El presidente Danilo Medina ingreso al gobierno a cuadros importantes en ministerios, direcciones, etc.
Esos nombrados han colocado uno que otro dirigente en esas dependencias, pero no ha sido ni mínimamente satisfecha las expectativas de integración de los dirigentes al Gobierno Compartido.
Miguel Vargas como Ministro de Relaciones Exteriores ha hecho una histórica gestión, transparente, honesta y apegada a la línea trazada por el presidente Danilo Medina. Pero poco ha podido hacer en la colocación de dirigentes calificados del PRD en el servicio exterior.
Todo eso lleva a una situación delicada al partido blanco.
Al no estar los dirigentes zonales, municipales y provinciales en la estructurar de la plataforma del denominado Gobierno Compartido, en los planes de acción desde la presidencia, se ha generado un disgusto y reclamo peligroso.
Sienten los perredeistas que, si están aliado, si apoyaron a Danilo Medina fue para integrarse a los proyectos del gobierno contra la pobreza, la inseguridad, para construir una nación de prosperidad, bienestar, paz y esperanza.
El PRD ha caído en una situación de inactividad, de no integración de sus militantes y dirigentes al trabajo político, lucharon para estar en el gobierno y se le ha dejado fuera.
¿Qué hacer?
Es un tanto difícil movilizar al PRD en esa situación desde el gobierno.
Si Danilo Medina no está en capacidad de integrar a los cuadros dirigentes de los municipios y provincias a la plataforma del Gobierno Compartido, el PRD tendrá para su movilidad, organización y supervivencia que trazar una línea de independencia, trillar su camino solo.
En el PRD se va delineando dos corrientes claras, los que están favor o en contra de seguir en el gobierno en las condiciones actuales y los que están en contra, porque ya se conoce qué hizo o dejó de hacer Danilo Medina a favor de los perredeistas y el acuerdo firmado.
El problema, a dos años de gobierno, es si el PRD en las condiciones de su participación en el Gobierno Compartido se consolida y fortalece como partido político.
Que es lo que salva al PRD, seguir en el gobierno o trillar camino solo e independiente hasta su participación electoral en el 2020.?