El objetivo central de los residentes dominicanos en Nueva York debe ser reforzar su unidad, el sentimiento de unidad de latinos en NYC.
Afianzar esa unidad con un mayor papel de la comunidad dominicana en la vida política y cívica para avanzar en las oportunidades que le ofrece la gran urbe.
Reforzar su agenda, definir el futuro del accionar para la comunidad no solo dominicana sino latina en la ciudad de Nueva York.
Con sesenta y cuatro millones en el 2019, los hispanos representan el 19.5 de toda la población de los Estados Unidos y desde el 2000, son el segundo grupo de más rápido crecimiento a nivel nacional.
Actualmente diez, de los cincuenta y un miembros del Concejo Municipal son latinos, esto ha sido parte de un proceso y como se aprecia claramente, los representantes hispanos en esta dependencia del gobierno local de la ciudad, provienen de áreas con importante presencia de latinos que han comprendido la vital importancia de ejercer el poder de voto.
La participación de los latinos en política y su presencia en el sistema de gobierno estadounidense en diferentes niveles ha crecido y es muy importante.
Los dominicanos tenemos firme y honestos lideres aquí, hombres y mujeres que ocupan curules de trascendencia e influencia en el Poder político y social neoyorkino.
Todos coinciden, políticos, representantes, académicos, activistas y organizaciones comunitarias de unidad dentro de la diversidad, no solo de la comunidad latina sino la de todas las minorías.
Donde haya un dominicano que aspire debe forjarse una muralla de unidad y apoyo permanente, destacando sus cualidades, su historia e incidencia en la comunidad.
Así por igual a cada latino que aspire a una curul, a un espacio de Poder…
Cuando el reverendo Erick Salgado, puertorriqueño, aspiró a la alcaldía de Nueva York puse todas mis relaciones, capacidades y esfuerzos para ayudarle e impulsar su candidatura.
Coordine su visita a Puerto Rico, visitamos a los alcaldes, legisladores, senadores, empresarios y comunidades buscando su apoyo para su objetivo político, porque es un digno ejemplo de superación y representación latina en Nueva York.
De igual manera coordine su visita a líderes políticos de República Dominicana.
Ahora, el reconocido emprendedor y activista social Fernando Mateo anuncia este miércoles su candidatura a la Alcaldía de la ciudad de New York por el Partido Republicano.
Fernando Mateo es un trabajador comunitario que ganó mucho prestigio y reconocimiento en la década de los 90, cuando desarrolló el programa social “Armas por Juguetes”que ayudó al desarme de cientos de miles de personas que entregaban voluntariamente sus armas a cambio de juguetes, especialmente los jóvenes de grupos y pandillas que asaltaban personas inocentes y traficaban con drogas, así como en las cárceles, y ayudó a mejorar la seguridad en la ciudad y bajar considerablemente los niveles de criminalidad.
Mateo nació en Santo Domingo en 1958 y emigró a Nueva York junto a sus padres cuando apenas tenía 3 años de edad.
Se ha desarrollado como Directivo y Vocero de las Asociaciones de Taxistas y de los Bodegueros de Nueva York y ha sido una persona siempre vinculada a defender las causas sociales de la comunidad latina, especialmente de los dominicanos.
A nivel empresarial ha desarrollado negocios de alfombras, construcción, remesas, restaurantes, entre otros, manteniendo siempre sus vínculos con las comunidades latinas y especialmente la dominicana.
Independientemente de la afiliación política de cada dominicano o latino, debemos apoyar a cada aspirante a posiciones electivas, debemos sentirnos cada día orgulloso de nuestra comunidad y de lo que ha hecho, Fernando Mateo ha sido un ejemplo para la comunidad migrante, una comunidad luchadora y que ha demostrado en todos los aspectos de la sociedad lo que es capaz de hacer.
Unidos debemos avanzar, nosotros representamos el 10% de la población de la ciudad de Nueva York y sin embargo tenemos menos del 2% de los trabajadores municipales. Necesitamos fortalecer nuestra presencia en diferentes niveles: políticamente, en agencias federales, en los juzgados.
Por Fernando Peña