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26 de diciembre 2025
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OpiniónElisa RoldanElisa Roldan

¿El síndrome de la cabaña?

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Para muchas personas, la idea del desconfinamiento resulta emocionante y la esperan con ansias. Sin embargo, la posibilidad de salir a la calle, para una parte de la población, se ha convertido en una situación temida.

Estos días ha salido a la luz un término no muy conocido el síndrome de la cabaña. Es importante destacar que no se trata de un trastorno psicológico ni de una patología, es sencillamente un nombre que se está utilizando para referirse a aquella sintomatología como consecuencia de estar en confinamiento por un periodo extendido de tiempo.

Esto se refiere a un conjunto de síntomas que experimenta una persona, similares a los de una fobia o un miedo, al salir a la calle luego de haber pasado un tiempo prolongado confinado en un espacio. Tales síntomas pueden ser agobio, nervios, inseguridad, palpitaciones y sudoraciones, entre otros.

Por el momento, aquellas personas que experimentan lo referido como el síndrome de la cabaña se pueden mostrar tranquilas y seguras en sus hogares sin la necesidad de salir. Sin embargo, en ocasiones manifiestan niveles elevados de ansiedad e irritabilidad frente a la posibilidad de salir y retomar la vida cotidiana o simplemente lo evitan.

En la situación global actual con la pandemia del coronavirus (COVID-19) los miedos asociados a esta sintomatología pueden deberse, por un lado, al temor del contagio al salir. Este es un miedo completamente normal, no obstante, cuando este se convierte en un miedo desadaptativo puede limitar las vivencias agradables de la persona. Por otro lado, surge el miedo de afrontar situaciones sociales, ambientes espaciosos y contacto con los demás ya que sienten que se escapan de su sensación de control.

¿Qué hacer si experimento estas sensaciones?

Lo más sencillo para hacer frente a estos síntomas es seguir y respetar los protocolos de higiene establecidos para prevenir el contagio y la propagación del virus. El lavarse las manos, mantener el distanciamiento social y el uso de masacrillas generan sensación de control y de seguridad frente al miedo al contagio.

Por otro lado, cuando llegue el momento del desconfinamiento, se recomienda iniciar con salidas de manera gradual y sutiles para ir regulando el proceso de exposición a la idea temida. Se recomienda mantener el contacto con el exterior y la naturaleza ya sea dando un paseo, sintiendo el sol en la piel, entre otras. Esto ayuda a relacionar la salida agobiante con un sentimiento de placer y tranquilidad e incentiva a repetir la salida al día siguiente.

Es necesario afrontar este nuevo contexto con flexibilidad y paciencia ya que las formas de relacionarse y convivir serán diferentes. No obstante, si sientes que la idea de salir al exterior te genera angustia y malestar es importante buscar ayuda psicológica.

 

Elisa Roldán G. – Psicóloga Clínica

psic.elisaroldan@gmail.com

 

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