Hoy 10 de septiembre se conmemora el día mundial para la prevención del suicidio. Desde el 2003, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio ha promovido esta fecha con el fin de concientizar acerca del suicidio y su prevención. Por esto, hoy me uno a conmemorar este día al hablarles del suicidio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un acto suicida a toda acción llevada a cabo por un individuo con el propósito de hacerse daño a sí mismo, con independencia del grado de intención o que se conozcan los motivos. Y, el suicidio lo define como la muerte que resulta de un acto suicida.
Por otro lado, se encuentran la ideación suicida y los actos suicidas. Conocer estos factores permite la conciencia y alerta de los mismos. Una ideación suicida se refiera a los pensamientos, deseos o planes para llevar a cabo un acto suicida. Dentro de las conductas suicidas se encuentran:
- Los intentos de suicidio: cualquier acto voluntario llevado a cabo por el individuo para producirse la muerte, pero sin llegar a lograrlo.
- Suicidio consumado: se refiere al acto de quitarse la vida de manera consciente al considerar este medio como un fin.
- Parasuicido: referente a cualquier conducta autolesiva, no mortal, realizada por el individuo sin la necesidad de que sea orientada o intencionada hacia la muerte.
Aproximadamente el 90% de los casos suicidas se relacionan con algún trastorno mental sobretodo con la depresión y la bipolaridad, pero también con la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad y los trastornos de la personalidad. Existen algunos indicios que pueden advertir que una persona está pensando en el suicidio. Es de suma importancia poner atención cuando se dan estas señales. Ahora, hay que destacar que las señales de alerta mencionadas se pueden dar como parte de la vida diaria de cualquier persona. Estos son para tener en cuenta y vigilar sobretodo en los grupos de riesgo citados arriba.
Las señales de alerta más frecuentes son:
- Hablar de suicidarse o de no poder aguantar más su sufrimiento “No deseo seguir viviendo”, “Quiero terminar con todo”.
- Comunicar sentimientos de soledad, aislamiento o huida. Alejarse de sus amigos y actividades sociales.
- Expresar sentimientos de inutilidad, fracaso, desesperanza, pérdida de autoestima.
- Tener dificultades para dormir y pérdida del apetito.
- Ofrecer señales como “No seré un problema por más tiempo”, “Soy una carga para todo el mundo”.
- Perder el interés en la apariencia personal, las aficiones o trabajo.
- Aumentar el consumo de alcohol o drogas.
¿Qué hacer si tienes pensamientos suicidas o conoces a alguien que los tenga?
- Buscar ayuda profesional con un psicólogo.
- Comunicar los pensamientos con alguien de confianza/psicólogo.
- Mantener a mano una lista de personas a quien llamar cuando surjan los pensamientos suicidas, incluyendo servicios de 24 horas que atiendan en estas situaciones (911).
- Evitar el consumo de alcohol u otras drogas. Cuidar de la salud física y la alimentación.
- Intentar mantenerse activo y ocupado.
Recuerda, no estás solo y tu vida si es importante.
Lic. Elisa Roldán G. – Psicóloga Clínica
Psic.elisaroldan@gmail.com