Para los partidos políticos de la República Dominicana, el año que recién inicia se presenta como un año de grandes pruebas y retos para ellos. Para estos importantes instrumentos de la democracia, el año 2018 se constituye como un verdadero desafío para demostrar su madurez y compromiso político. De sus acciones dependerá que siga el descrédito y la desconfianza que siente la ciudadanía hacia los partidos políticos, o todo lo contrario, que sus actuaciones posibiliten un renacer de la esperanza en nuestro sistema de partidos a lo interno de la sociedad dominicana.
Para el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), este año debe ser el de la consolidación definitiva de la unidad dentro de la familia del gallo colorao. De no ser posible esta unidad, los dirigentes disgustados deben trabajar en la conformación de una nueva fuerza política que sirva de morada a sus pretensiones y aspiraciones. La lucha por el control del partido debe llegar a su fin, ya que si prosigue esta disputa por mucho tiempo, llegara el día en que se levantaran sin encontrar partido por el cual seguir peleando.
Para el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), este 2018 debe presentarse como el año de volver a conectar con gran parte sus electores. Tras su alianza con el PLD y su retorno a ocupar algunas carteras dentro de la administración pública, el partido blanco se encuentra en una buena posición para intentar contrarrestar estos años de estrepitosa caída dentro de las simpatías del electorado.
De su parte, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), debe demostrar en este año, que ciertamente son una opción de poder, sería y confiable. Como principal partido de oposición, tienen en sus manos todas las posibilidades de sumar voluntades a su causa, las cuales solo se sumarian si ven en ese partido algo diferente a los demás partidos del sistema. La convención interna que se avecina, luce como la prueba de fuego que pondrá en evidencia, ante los ojos de la sociedad, su verdadera vocación democrática y su capacidad de relevo.
El gobernante, Partido de la Liberación Dominicana (PLD), tiene en sus hombros la gran responsabilidad de crear las condiciones favorables para que la Ley de Partidos Políticos, sea una realidad. La sociedad dominicana está atenta a esta situación y no vería con buenos ojos que tan importante ley, sea nuevamente colocada en una gaveta. En estos momentos la unidad del partido se hace más necesaria que nunca, ya que de ella depende su permanencia en el poder. Asimismo, el PLD debe demostrar con hechos su compromiso con la institucionalidad y el respeto a la Constitución dominicana, permitiendo procesos internos libres, democráticos y sin la participación de personas extrañas a la organización, así como de fuerzas que vengan del Poder Ejecutivo. El relevo en las posiciones internas del partido morado se hace una necesidad imperante para volver a conectar al partido con la sociedad y con el gobierno.
El 2018 recién inicia y estaremos atentos.