La Policía Nacional es una institución, como en todo país, de gran importancia para la convivencia ciudadana y el goce de un sistema de seguridad pública. La ciudadanía no está del todo convencida de que se cuenta con una de las mejores policías del mundo, como han asegurado varios jefes de policías, hoy directores generales, pues si fuera así no existirían los altos niveles de inseguridad que hoy padecemos ni sus miembros se vieran envueltos en múltiples escándalos por los excesos en el uso de la fuerza y su participación en hechos delictivos que generan críticas y reclamos de diferentes sectores.
Consideramos que para que la nación tenga una mejor Policía Nacional es indispensable una rigurosa depuración y elevar los estándares a los aspirantes a policías. Además, los reclutas deben recibir una completa formación en materia policial, cosa que no está pasando y que explica como muchos uniformados han sido desarmados y asesinados, para que cumplan con su labor apegados a los procedimientos, con ética y rectitud.
Asimismo, la dirección policial debe optimizar los recursos presupuestales, dar continuidad a las políticas, brindar estabilidad en el mando y manejarse de manera descentralizada.
Enfatizamos en que algo que tiene un efecto negativo es la falta de estabilidad en los mandos. Cuando un oficial ya se está adaptando, adquiere el conocimiento de los puntos críticos del territorio, es trasladado a otro lugar o departamento, perdiéndose así toda la experiencia adquirida.
También la centralización no permite tampoco ser eficaz a la Policía Nacional. La uniformada está excesivamente centralizada ya que las decisiones son tomadas en la sede central en el Distrito Nacional. Apostamos a que al descentralizarse el policía tendrá mayor vinculación y compromiso con una región, que es donde debe formarse y capacitarse.
Para concluir queremos aprovechar y recordar algo ya olvidado, los 10 mandamientos del policía:
- Amar el orden y el derecho
- No invocar el nombre de la ley en vano
- Santificar la moral y la higiene
- Honrar las buenas costumbres; ser cortes en todo y con todos
- No maltratar a nadie y velar por la paz y la seguridad ciudadana
- No hacer actos indecentes
- No recibir pagos ni gratificaciones
- No levantar falso testimonio o adular a los superiores
- Respetar los derechos de los ciudadanos
- No abrogarse las atribuciones que corresponden a sus superiores
Por Sandy M. Mota Santana
