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26 de abril 2024
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OpiniónMiguelina Ramírez Vásquez De BelénMiguelina Ramírez Vásquez De Belén

Imprudencia y falta de conciencia en las calles

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Al iniciar el día nos encontramos con miles de actos de imprudencia en calles, carreteras y avenidas del país, donde muchas veces la poca o nula conciencia de ciudadanos se observa con sus actuaciones al momento de tomar el volante o de ir en lugares no apropiados arriesgando su propia vida, sobre la cual al parecer no tienen ningún aprecio.

Mientras me dirigía por el Expreso V Centenario, en dirección este-oeste, quedé decepcionada al ver personas que no se quieren así mismo y no respetan las leyes de tránsito.

Era la 1:00 de la tarde cuando vi a una “guagüita platanera” llevando una mudanza sin ningún tipo de seguridad y un señor encima de la misma salvaguardando los ajuares que allí transportaban, sin importar el riesgo que esto puede acarrear para ellos y los demás.

En ese momento me hice muchas preguntas: ¿El conductor estará consciente de la violación a la ley de tránsito?, ¿La persona que está arriba de la mudanza, sabe a lo que se expone?, ¿Será que los ajuares tienen más valor que la vida misma?

La ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Transito y Seguridad Vial, en su artículo 124 sobre la prohibición del transporte de pasajeros sobre la carga, dice: “Queda prohibido el transporte de pasajeros sobre la carga. Los conductores que violen esta disposición serán sancionados con multa de 1 a 3 salarios mínimos y la reducción de puntos en la licencia de conducir que determine el reglamento”.

Muchos conductores hacen caso omiso a las leyes de tránsito, a quienes no les importa el peligro que estas malas prácticas puedan desencadenar.

Lo lamentable es que casi siempre sale afectado o seriamente lesionado el que camina por la derecha, u otros que van transitando también en vehículos cumpliendo con la ley y consigo mismo.

Hay que tomar conciencia, el conductor debe tomar conciencia y tiene que hacerlo ya.

¿De quién es la culpa? Es de nosotros mismos, de los ciudadanos que no respetan las leyes de tránsito, pero tampoco se respetan, ni se quieren ellos mismos.

Muchos conductores no quieren ceder el paso, la mayoría manejan de prisa, rebasan a poca distancia del otro vehículo, y son pocos los que mantienen un margen razonable de un vehículo a otro como lo establece la Ley.

Si queremos que el tránsito en nuestro país cambie, debemos comenzar en cambiar nosotros mismos, respetando las leyes de tránsito e inculcándoles a nuestros hijos el respeto a la misma.

 

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