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14 de mayo 2024
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OpiniónAmérico Celado SAmérico Celado S

Del basket superior

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El torneo de baloncesto superior del Distrito Nacional, por una serie de factores que se dieron, dejó de ser el principal referente en cuanto a calidad organizativa y competitiva del país.

Los recurrentes incidentes violentos que se escenificaban en las gradas trajeron como consecuencia el alejamiento de la familia del Palacio de los Deportes profesor Virgilio Travieso Soto, sede tradicional del torneo desde 1974, lo que coincidió con un vacío de liderazgo en el seno de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina), que colocó la actividad en estado de emergencia.

En medio de una situación de crisis grave y pérdida de credibilidad y confianza del torneo apareció la figura refrescante y respetable del periodista José P. Monegro, director del periódico El Día, quien junto a los clubes se comprometió a luchar por el rescate del torneo superior de la capital

Los dos periodos consecutivos de Monegro fueron suficientes para comenzar la reorganización de la casa y volver a captar el interés de los patrocinadores y la fanaticada, montando dos torneos con gran nivel competitivo y administrativo reconocido por todos los protagonistas involucrados, clubes con equipos superior y los de la base.

La etapa Monegro cumplió su cometido y llegó a su fin por los multiples compromisos y responsabilidades profesionales del destacado comunicador, quien pasó el bastón al profesor Fernando Teruel Caprí, un técnico con una dilatada carrera como dirigente, vinculado al torneo desde 1975.

La mística de trabajo continuó con Teruel y el torneo recobró gran parte del prestigio y la calidad perdida, retornando el gran público a la llamada Media Naranja sustentada por una nueva gran rivalidad entre los equipos de los clubes Mauricio Báez y Rafael Barias, representantes de dos aguerridas barriadas como son Villa Juana y Villa Consuelo, pasión que hace reaparecer los incidentes en las gradas.

Para seguir fortaleciendo la estructura del torneo y mantener la mística exitosa de trabajo dejada por las gestiones de Monegro y Teruel, la Abadina cae en manos del licenciado y exjugador José Heredia Castillo con la responsabilidad de mantener encendida la antorcha, fortalecer y blindar el torneo superior de la capital.

Con el torneo del año pasado inconcluso por la pandemia, se embarcan en el montaje de una justa corta, pero con un gran apoyo de los patrocinadores y del gobierno, que se involucra a través de José Ignacio Paliza que preside el Comité Organizador.

Por lo antes expuesto, los amantes del baloncesto debemos apoyar el superior distrital, darle seguimiento y repudiar cualquier intento de alterar su buen desarrollo, que los indeseables son menos.

 

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