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2 de mayo 2024
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OpiniónJosé Manuel Castillo BetancesJosé Manuel Castillo Betances

Crisis de consenso obstaculiza desarrollo de los pueblos

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¿Cómo crear consenso para avanzar en la agenda internacional, y de desarrollo nacional y regional?, es la gran pregunta y el ingente reto frente a la tendencia de polarización global.

 

La polarización constituye una de las tres estrategias activas fundamentales, que junto al populismo y la posverdad, proveen fortaleza a los regímenes autocráticos, así, como a los neoliberales en detrimento de la libertad y la democracia plena.

 

¿Hacia dónde nos lleva el ejercicio de la política en base a la identidad?, como si se tratase de fans deportivos y asumida la lucha por el poder en función de los buenos vs los malos, en una carrera que exacerba  los odios, “extremando las diferencias con sus adversarios”, desbordando el ámbito político y, en muchas ocasiones, situándose en lo personal.  Sometiendo al ser humano a un universo sin matices ni colores, sin ángulos intermedios, guiados por una creencia absolutista. “Blanco o negro”

 

En esencia la posverdad que basada en la práctica nihilista procura ignorarlo todo, nada sirve, el mundo gris, teniendo como símbolo el antagonismo per se;  nos impide asumir el consenso como herramienta para el progreso, y nos arrastra a un estancamiento del desarrollo en termino económico, político, social, y fundamentalmente, cultural y espiritual.

 

Y aunque, el genio de Aristóteles ponderaba que frente a la mentira el “sabio duda y reflexiona», la posverdad va más allá del disfraz, distorsionando deliberadamente la realidad constituyéndose en un formidable instrumento de manipulación mediática.  El mundo termina segregándose desde el nivel más simple hasta el más complejo. De un lado, los supuestos buenos y del otro lado, los llamados malos, nada más falso. Se ignora sigilosamente que las sociedades están constituidas por seres humanos heterogéneos, donde en el plano general habitan personas virtuosas, y otras que carecen de bondad, siendo las personas buenas una abrumadora mayoría en todas las sociedades e instituciones.

La cultura antagónica que subyace en las conductas extremistas no permite consensual una agenda de desarrollo de mediano y largo plazo, enfrentándose la democracia a un enemigo poderoso, que logra doblegar la más preclara aspiración de vivir en un estado de derecho.

 

Antagonismo que en la era de la globalización de los mercados y la pobreza, se emula sin hacer uso de los mecanismos de intromisión de los ejércitos tradicionales, pero sí respaldado por el control de los grandes medios informativos, periódicos, emisoras de radio y las cadenas televisivas. Sin la complicidad de los medios de comunicación de masas es más que difícil quebrantar la democracia.

 

Los pueblos, los que no existen, pero viven, son los caídos en las sociedades atrapadas por la falta de consenso,  para impulsar su desarrollo, y con ello, garantizar a los que menos pueden, dar el salto de la orfandad a la vida con dignidad. Como en la época napoleónica, se proclama la máxima manipulación de las masas.

 

Los antagonismos en el contexto internacional quiebran las capacidades institucionales de construir la paz, arrastrando los pueblos a conflictos con saldos horrorosos, para la existencia humana.

 

En el marco regional, Latinoamérica y el Caribe a 200 años de su independencia política nominal, no ha sido capaz de construir consenso para juntos enfrentar  el subdesarrollo, donde germina la pobreza y la miseria que consume a más de 230 millones de seres humanos que no viven, sino, que agonizan en quebradas, cañadas, callejones y quinto patios de la gran América de Bolívar, Mártir, San Martin, Bernardo O’ Higgins, Erick Williams, Betances, Duarte y Juan Bosch.

 

Lo que nos convoca en el contexto global a generar consenso, para alcanzar los nobles ideales de promover un verdadero estado de derecho, y un orden internacional justo en consonancia con los principios democráticos consagrado en la carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

 

Y finalmente, en el marco regional, estamos llamados a ser flexible en los procesos de negociación que nos permitan avanzar en el gran tema de la integración y la cohesión social. Generar consenso en infraestructura regional, crear puentes, avanzar en la integración humana plena. Promover  la creación de normas universales en las inversiones, el comercio y las investigaciones científicas. El liderazgo regional y mundial está llamado a capitalizar el momento histórico post pandemia para darle un respiro y un hilo de esperanza a la humanidad.

“Solo le pido a Dios que la injusticia no me sea indiferente”

 

Por José Manuel Castillo Betances

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