Las situaciones conflictivas en el seno del Comité Olímpico Dominicano (COD), no tienen pausa, sigue su agitado curso y cuando no es Juan es Juana.
Luis Chanlatte, vicepresidente del actual comité ejecutivo, sigue desempeñando un rol protagónico ahora cuestionando, enfrentando y emplazando al presidente de ese organismo, Antonio Acosta, para que explique el destino dado a 32 millones de pesos del presupuesto entregado por el Ministerio de Deportes para la participación dominicana en los Juegos Panamericanos Juveniles.
El Jefe de Misión consideró a través de una carta que depositó en el COD que se violó el presupuesto aprobado por la Unidad de Contraloría General de la República del Ministerio de Deportes y lo considera una falta muy grave de manejo presupuestario y contable.
Pierde de vista Chanlatte que su argumento se debilita por su condición de vicepresidente de la entidad, que resulta insólito que no tenga conocimiento de los manejos internos que hace ese organismo.
En su afán de buscar un posicionamiento como potable candidato a presidir el organismo en las próximas elecciones, deja entre ver que Colin maneja a su antojo las decisiones con el apoyo de dos o tres miembros del ejecutivo.
Si es así el manejo, Chanlatte debió renunciar hace rato y luego denunciar todo lo que considera violenta los procedimientos correctos, pero no es así, quiere seguir como vicepresidente conviviendo con lo que denuncia que está mal.
En cuanto a la reacción de Antonio Acosta, de guardar silencio y no dar publica explicación de qué ha pasado con los 32 millones señalados por Chanlatte, se equivoca y comete un error de procedimiento.
El presidente del COD debe entender que ese dinero no es de su patrimonio y que si proviene del erario se debe explicar con lujo de detalles y respectivo soporte de en qué se invierte y como se reparte.
Si la Cámara de Cuentas funcionara con eficiencia, ante una denuncia de esa índole, debe involucrarse para exigir un informe detallado del uso de esos fondos que provienen del Estado dominicano.
Chanlatte pierde la razón por mantenerse aferrado a la vicepresidencia del COD, con conocimiento de causa de todo cuanto se decide y produce en esa entidad, mientras que Acosta debe ubicarse y entender que no es una logia que está presidiendo y que está obligado a rendir cuentas cuantas veces sea necesario y se les exija.
El mal manejo y afán de protagonismo de los dirigentes sigue lesionando la imagen del Comité Olímpico Dominicano, que pena.