Desde la antigua Grecia hasta nuestros días la democracia ha sido un sistema en permanente construcción. Su composición se da en un Estado con división de poderes. Se trata de la participación activa de la población en los asuntos públicos.
Lo interesante es que en el devenir democrático dicho sistema ha contado innegables avances, cambios y transformaciones. Sin embargo, todavía persisten desafíos primarios que deben ser atendidos para hacer efectiva esta forma de gobierno, por ejemplo, el diálogo. Por medio de la conversación fluida y de la comunicación constante, entre gobernantes y gobernados, líderes y seguidores, se puede fortalecer la democracia de los países.
En ese sentido surge nuestro primer libro, titulado: Camino a la democracia. Dicho texto es una selección de 65 trabajos sobre temas filosóficos, políticos, económicos, culturales e internacionales. Son reflexiones con una perspectiva de principios y valores morales y cristianos, cuyo propósito esponer en contexto la dinámica del poder en democracia. Lo hemos hecho con metáforas e imágenes que conducen a una aproximación al concepto de democracia.
En la República Dominicana la democracia, desde el 1961 o desde el 1978 a la actualidad, ha logrado avanzar en tres aspectos fundamentales: 1. Procesos electorales. 2. Estructura jurídica. Y 3. En instituciones.
La celebración regular de torneos electorales para la escogencia de las autoridades locales, de gobierno central y del poder legislativo han permitido que, además de la legalidad, la democracia dominicana se revista de credibilidad y legitimidad ante el soberano. A pesar de las denuncias, excesos o abusos que puedan mencionarse en cada proceso, lo cierto es que se han llevado a cabo elecciones y sus resultados se han respetado. Ha funcionado.
En el ámbito legal es notorio el avance. Para el año 2010 se promulgó una nueva constitución en la que se consagró el país como un “Estado Social y Democrático de Derecho”. Se estableció un preámbulo que detalla los principios y valores que rigen la nación: la dignidad, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la justicia, el imperio de la ley, entre otros. Eso, en adición, a leyes adjetivas que refuerzan en la práctica el marco constitucional, tales como: ley no. 340-06 sobre compras y contrataciones, ley no. 155-17 sobre el lavado de activos y financiamiento del terrorismo, etc.
En tercer lugar, en lo referente a las instituciones democráticas la Rep. Dom. se ha colocado a la vanguardia con figuras como: el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Superior Electoral, la iniciativa legislativa popular, movimientos sociales, etc. Lo cual constituye un aporte inconmensurable para la conquista de la efectiva administración de los deberes y derechos de la población.
Ahora bien, el común denominador de lo antes dicho es: el ser humano. Son seres humanos, generalmente políticos, quienes ejercen las funciones públicas y los liderazgos que interactúan en la democracia. Es por ello que nuestro estudio en la referida obra gira entorno a las actuaciones de líderes políticos, figuras literarias, la historia, procesos electorales externos e internos de las organizaciones políticas como entes vivos, en fin, sobre las distintas manifestaciones de un sistema democrático.
La construcción y comprensión de la democracia es un camino largo, intenso, díficil e inacabado. Pero con esfuerzo, entrega, pasión, compromiso, perseverancia, sacrificio y fe puede llegar a la consecución de los objetivos. Así ha creído el autor haberlo logrado en los diez años ininterrumpidos en que ha estudiado la materia.
Desde la óptica humana advierto un desafío principal a quien se interese e introduzca en el trayecto político y democrático: cuidarse de los conspiradores. Son quienes operan en la sombra cobarde para maquinar argucias, calumnias e intrigas y destruir todo lo alcanzado. Con esos hay que ser implacables.
En palabras del patricio Juan Pablo Duarte, es: “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.
En todo caso, con sus obras, cada quien se conduce indefectiblemente a la construcción de su trayectoria y, en consecuencia, debe tener presente estas palabras de Mahatma Gandhi: “Primero te ignoran, luego se ríen de ti, después te atacan, luego triunfas”.
En efecto, así es el camino a la democracia.