Yo soy católico practicante y en mi Iglesia se nos enseña a pedir perdón cuando fallamos lesionando los derechos de los demás, o los ofendemos, o cuando tenemos una conducta temporal carente de ética, contenidas estas normas en los diez mandamientos de Jesucristo y los cinco de la Iglesia Católica.
Para reconciliarnos con nuestro Señor y traer paz a nuestra alma y desagraviar al ofendido, tenemos el sacramento de la Confesión, porque a través de él se recuperan el gozo y la paz que trae la amistad con Dios, un don que solo el pecado es capaz de robar a las almas de los cristianos.
El sacramento de la confesión, en el cual creemos como dogma de fe, es un sacramento de curación. Cuando un católico se confiesa es para sanarse, curar su alma, sanar su corazón y de algo que hizo y que no está bien.
Explica nuestro Papa Francisco que: “el perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo”.
¿Es complicado confesarse? la Iglesia nos propone cuatro pasos para la confesión: 1) Examen de conciencia; 2) Contrición o arrepentimiento, que incluye el propósito de no volver a pecar; 3) Confesión de los pecados graves no veniales; 4) Satisfacción o cumplir la penitencia.
Veamos estos pasos a la luz de la política criolla, pues tenemos un gobierno y una oposición. El gobierno va como una guagua en reversa y la oposición no se define si es de oposición o está en oposición, que no es lo mismo.
Menciono esto porque algunos amigos de oposición, no en oposición, exhortan a las autoridades a “dar un viraje ético” en su inmoral y reprochable conducta, como si fuese pedirles quitarse un traje y ponerse otro.
Pareciera, que estos amigos de oposición, no en oposición, creen inocentemente que las autoridades lo harán, porque si lo no creyeran no harían la petición.
Eso no es oponerse al gobierno con la debida dignidad y patriotismo, eso es jugar a las escondidas y burlarse del país.
Si vemos las inconductas e indelicadezas cometidas en los años de gobierno del Partido en ejercicio, vemos casos como los: PEME, Bienes Nacionales, de la Oficina Supervisora de Obras del Estado, los del Consejo Estatal de Azúcar, los aviones y el radar militares, la venta de un barrio con sus habitantes incluidos, el caso de el “Don Quirino” y su sobrino Quirinito, drogas por Punta Caucedo, la participación de Policías y Militares en actividades de narcotráfico y de sicariato, los sueldos lujosos de funcionarios, la carestía de la vida, los altos impuestos, los Presupuestos nacionales deficitarios junto a un exceso de préstamos internacionales, los monopolios y los oligopolios, la perdida de la soberanía e independencia pues el poder está subordinado a los poderosos de la Tierra, el libro Hablemos de depravación sexual para uso de los niños en las Escuelas Públicas, la frontera abierta, empleos para haitianos, nacionalidad dominicana a los haitianos con solo decir que aquí nacieron, la corrupción y la impunidad por la falta de justicia efectiva, el acuerdo para que RD entera sea una base militar de los EUA, los casos de la Oficina Metropolitana de Servicio de Autobuses y el escandaloso tema de Odebrecht, por solo mencionar algunos pecados mortales.
Pregunto: ¿Harán las autoridades, para “dar un viraje ético”, un examen de conciencia? Me temo que no.
¿Se arrepentirán para “dar un viraje ético”, de haber cometido esos pecados? Me temo que no.
Estos pecados, todos, proporcionan mucho dinero, lujos, prebendas, beneficios y sobre todo poder, para reelegirse, otorgar como favores lo que al Pueblo por derecho le corresponde y mantenerse sangrando al Estado.
Son tantos los pecados graves y mortales que hasta les faltaría memoria para confesarlos, cuando en la realidad, ellos se ufanan de haber salido de la miseria y muestras sus “teneres” con orgullo sibarita.
¿Confesaran sus pecados contra la Patria como tal, y contra el Pueblo que ha sufrido sus desmanes, para “dar un viraje ético”?. Me temo que no. Los amigos de oposición, parece, que si piensan que los confesarían.
Como no se someterían a este Sacramento de la confesión popular, es obvio que no cumplirían penitencia alguna.
Pero el Pueblo conoce estos pecados contra la Patria, estamos despertando del estado de somnolencia a que nos han sometido con la enorme propaganda de que todo está bien y nuestros amigos de oposición habrán de pasar al terreno de estar en oposición, hacerse una transfusión de sangre de Duarte y volver a independizarnos del poder local y extranjero.
¡Dominicano, hoy se necesita sangre tipo Duarte!
