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21 de mayo 2024
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OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

Uso y abuso de los esteroides en la constante búsqueda de la salud

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La ciencia exhibe un desarrollo inusitado en su camino a resolver los más acuciantes males que abaten a los seres humanos. En ese sendero trillado de miles de años de investigación acumulada, muchas han sido las enfermedades que el quehacer científico ha convertido en inocuas, pasándose de patologías mortales, a benignos padecimientos superables con simples medicamentos.

 Un ejemplo del tránsito de enfermedades letales a simples quebrantos lo representa la lepra, enfermedad ocasionada por el basilo de Hansen, que hace tres mil años estigmatizaba a las personas que la padecían, obligándolas al ostracismo,  y hoy día con una simple pastilla este sufrimiento se cura.

 Claro está, el multimillonario negocio que es la medicina en estos tiempos hace que la ciencia piense primero en el dinero, y luego en resolver los graves problemas de la humanidad. Tan evidente es esta realidad que los grandes laboratorios médicos están imbuidos en males menores, como la calvicie, la disfunción eréctil, etc., que en encontrar la cura del Sida, el Cáncer, Papiloma humano, Lupus, pues en el caso de estas últimas angustias, los beneficios económicos serían menores.

 Sin embargo, en esa búsqueda de soluciones a sufrimientos humanos y las imparables investigaciones que han originado medicamentos absorbidos por el opulento mercado de la medicina, están los esteroides, que no son más que compuestos orgánicos derivados de vitaminas y hormonas.

 En el caso de los esteroides cabría aquí el popular refrán que dice que: “Es peor el remedio que la enfermedad”, pues antes que curar gente enferma, estos compuestos químicos generan males peores. Los efectos secundarios de estas “medicinas” son extremadamente terribles, poniendo a veces la vida de personas en peligro.

 Los cambios hormonales producidos por los esteroides son altamente dañinos, desmontando los mismos las testosteronas en los hombres, y originando masculinidad en las mujeres. Estas sustancias altamente peligrosas para la salud de la gente, las cuales son recetadas por médicos desaprensivos y negociantes del ejercicio de la medicina, originan grandes contrariedades cardiovasculares y hepáticas.

 Con el colesterol bueno, como se le llama popularmente al HDL, los esteroides hacen “pipián”,  aniquilándolo, y ocasionando achaques irreversibles en la sangre.

 Pero los esteroides están presente en una gran parte de las medicinas de estos tiempos. Desde gotas para los oídos, hasta una inyección para algún dolor intramuscular, cuentan en su composición química con estos elementos perturbadores de los cuerpos sanos.

 El uso y abuso de los esteroides debe llevarnos a una reflexión tanto al personal médico como a pacientes, que permitan  superar este estado de cosas que a lo único que conduce es a dolencias peores y a la muerte.    

   

  • Por Elvis Valoy

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