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14 de mayo 2024
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OpiniónLaura Virginia Díaz GómezLaura Virginia Díaz Gómez

Transformación de la Administración Pública en tiempos del coronavirus (COVID-19)

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Un proceso de transformación en circunstancias normales, aunque resulte paradójico, pudiese conllevar un análisis interminable de beneficios y perjuicios, generalmente traumático; por la resistencia al cambio. En los últimos años, se ha planteado un cambio de la Administración Pública, que sea coherente con una sociedad que cada día avanza y se hace más democrática. En varios aspectos se ha ido generando un cambio de visión, no obstante, este no ha sido totalmente significativo, debido a que podemos encontrarnos administraciones aún más burocráticas que obstaculizan el verdadero ser de las mismas: el servicio a los ciudadanos.

En contraposición a lo anteriormente expuesto, a raíz de la crisis sanitaria que se ha generado por la pandemia del Coronavirus (COVID-19), los Estados han tendido que adaptarse rápidamente a la realidad que estamos viviendo. Las Administraciones Públicas no han sido la excepción, teniendo estas que acelerar su proceso de transformación a una administración más flexible, ágil, apegada a las herramientas tecnológicas, capaz de gestionar los servicios públicos con eficacia, eficiencia y transparencia.

La presencia y el avance del COVID-19 en el mundo, ha forjado una serie de desafíos para la gestión de la Administración Pública; lo que antes se consideraba impensable, en esta coyuntura son nuestras principales armas, como es el caso del teletrabajo.

El teletrabajo está siendo utilizado para asegurar la prestación de servicios de calidad de cara a los ciudadanos, en este aspecto las instituciones públicas, para salvaguardar el bienestar de sus colaboradores y dar cumplimiento a sus funciones, pueden recurrir a diferentes modalidades de trabajo, entre estas encontramos las siguientes: a) Trabajo presencial: implica la asistencia y presencia física de los colaboradores  durante la jornada de trabajo, se recomienda que esta sea la modalidad menos utilizada durante la circunstancia actual, es importante que asista únicamente el personal indispensable; b) Trabajo remoto: es la prestación de servicios sujeto a subordinación de los colaboradores desde su domicilio; c) Trabajo en modalidad mixtas: es la combinación del trabajo presencial y trabajo remoto, alternando las modalidades en atención a las necesidades de la institución.

Estos aspectos son de cara a la crisis actual, medidas que han tenido que adoptar las instituciones públicas para poder continuar con su labor diariamente. Sin embargo, estas medidas no pueden quedarse únicamente hasta ahí, es necesario que se genere una verdadera transformación digital de la administración, la cual podemos conseguir a través de una democratización e innovación de la Administración Pública.

Por su parte, nos referimos a la democratización de la Administración Pública cuando: “todas las entidades y organismos de Administración Pública tienen la obligación de desarrollar su gestión acorde con los principios de democracia participativa y democratización de la gestión pública. Para ello podrán realizar todas las acciones necesarias con el objetivo de involucrar a los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil en la formulación, ejecución, control y evaluación de la gestión”. La experiencia de democratizar la administración puede resultar muy exitosa, pues tiene una gran fortaleza, ya que puede asegurar que las metas administrativas reflejen las reales necesidades y los deseos del ciudadano común, y a su vez, que los procesos administrativos sean transparentes y responsables (Evans, 2003).

Por último, encontramos el pilar de la innovación tecnológica dentro de la Administración Pública; la pandemia del COVID-19 llegó sin estar verdaderamente preparados, aunque la Administración Pública había comenzado a dar indicios y sus primeros pasos para implementar herramientas tecnológicas, hemos tenido que acelerar el proceso y adaptarnos al panorama vigente.  En este aspecto, la Administración Pública actual debe ser innovadora, ágil, eficaz y eficiente, para lograr un Estado de bienestar y una sociedad con una mejor calidad en el suministro de los servicios públicos. Entre las prácticas que están marcando un antes y un después de la modernización y digitalización de los servicios públicos, podemos citar: a) Implementación de inteligencia artificial; b) Ciberseguridad; c) Realidad digital; d) Blockchain[1]; entre otras.  En conclusión, es importante que sigamos fomentando estas herramientas, a fin de fortalecer las instituciones públicas y garantizar su permanencia ante cualquier eventualidad, ya que esta trasformación de la Administración Pública tiene un objetivo final: el bienestar de la ciudadanía.

[1] La tecnología Blockchain es un sistema de registro distribuido que promueve la descentralización, transparencia e integridad de los datos.

Por Laura Virginia Díaz Gómez

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