La Procuraduría General de la República entregó a la célebre Sobeida Félix una certificación de no antecedentes penales, y el propio Francisco Domínguez Brito se ocupó, a inquietud de periodistas, de confirmar el hecho.
Hablamos de la mujer involucrada, acusada y condenada por el resonante y sangriento caso de narcotráfico que protagonizó David Figueroa Agosto, preso en EEUU. Ella cumplió condena y salió libre.
Pero un abogado penalista debe explicarme si el cumplimiento de una sentencia borra el historial delictivo de una persona, porque para mí, eso es lo que significa el papel que le han otorgado a Sobeida.
Pienso, como lego en asuntos jurídicos, que ella lo que merecía era una constancia de que actualmente no tiene asuntos pendientes con la justicia, pero su antecedente penal jamás podrá ser borrado por una certificación, pues los hechos están ahí, bastante difundidos en los medios y registrados en nuestro sistema judicial.
El amigo Oscar Henderson me comentó por las redes sociales: “Ahora resulta que ella es una honorable ciudadana con todos los méritos y nunca ha cometido una violación a la ley.”
Y le respondí: Eso es lo que refleja esa certificación que le dieron.
La colega Adelaida Martínez me quiso arrojar luz con su criterio sobre el caso: “Es legal, ya ella cumplió su condena. El delito queda registrado en los archivos de la Procuraduría para uso interno, todo ciudadano que cumpla una condena, tiene derecho a una segunda oportunidad, ya pagó por el delito. Así lo estipula la ley”.
Lo cierto es, a mi modo de ver las cosas, que una certificación de no antecedente (el significado está bien claro: lo que ocurrió en el pasado) indica que ella nunca antes tuvo problemas judiciales, y resulta que sabemos que sí los tuvo, de hecho fue condenada y cumplió pena. Otra cosa hubiese sido que la descargaran.
Entiendo que todos merecemos una segunda oportunidad, y hasta una tercera o cuarta. Ese es otro tema en el que todos probablemente vamos a estar de acuerdo.
El caso es que la certificación a Sobeida, en buen entendimiento, le dice a esta y a futuras generaciones que ella nunca antes estuvo presa ni fue culpable de un caso penal. Por tanto no está claro, y si la Ley así lo contempla entonces es una de las tantas leyes retorcidas y controversiales que caricaturizan este país.
O tenemos aquí un grave problema de semántica.
POR LUIS BRITO
