Unos 7 mil militares y policías andan en las calles atendiendo las acciones del Gobierno contra la delincuencia. Estas deberán ser plenas, consistentes y procurar efectividad sin generar miedos ni alteraciones innecesarias. Mientras menos se sientan mucho mejor.
Los atracadores están como plagas y desafían a las autoridades, pero las señales tienen que ser claras. Tenemos que garantizar la seguridad de quienes resultan víctimas de los que optan por actos ilícitos, sin que haya un dilema.
Siete mil militares y agentes resultan pocos para frenar el descaro con que andan los atracadores. Todo el personal militar y policial que sea necesario debe ir a las labores de vigilancia e inteligencia.