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10 de mayo 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

Los Clubes deben ser Culturales y Deportivos

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Hoy se habla de los de eventos de los clubes culturales y deportivos, ese nombre queda grande porque en realidad no hay clubes culturales y deportivos, si no clubes deportivos. Los que antes eran clubes culturales y deportivos hoy son realidad clubes deportivos, tal vez con muy raras excepciones, como el Mauricio Báez en el barrio capitaleño de Villa Juana. Este es una de las excepciones, si es que hay algún otro ejemplo, ya en el se desarrollan algunas actividades culturales.

El Ministerio de Educación Física, Recreación y Deportes, a la cabeza del cual está el Ministro Danilo Díaz, habló el 7 de octubre de celebrar un evento el día 9 de octubre, con motivo del Día de Los clubes, declaraciones que fueron publicadas por el periódico El Nacional de la fecha. No se reseñó porque el 9 de Octubre era considerado como el Día de Los Clubes. Puede ser que no sea casual que no se quiera hacer mención de las actuaciones protagonizadas por  La Banda en el 1971, organización creada por Balaguer para asegurarse mantenerse en el poder con un régimen de democracia restringida. De la misma manera que no se quiera mencionar y explicar cómo Bosch fue objeto de un atentado perpetrado por la organización terrorista La Mano  en el 1970, cuando regresó de Europa, salvando la vida por pura casualidad, ya que el atentado fue en la casa de José Delio Guzmán y él acaba de salir de ella y pasó a la de Ares Maldonado.

Sin embargo, Nélsido Herasme en el periódico digital Destelao.com del día 8 de octubre del 2015, si hace referencia al día 9 de octubre como el día en que se produjo la Masacre de los Jóvenes del Club Héctor J. Díaz, del barrio 27 de Febrero. Refiriéndose a los cinco jóvenes que perdieron la vida, nos dice:  “Radhamés Peláez Tejeda, Rubén Darío Sandoval, Víctor Fernando Checo, Reyes Florentino Santana y Gerardo Bautista Gómez, mordieron la estopa de la muerte”.

Se refiere Herasme en detalles parciales en su artículo,   a algo a lo que me refiero de maneral en este artículo, a la mística que se ha perdido de los otroras clubes juveniles cul;turales y deportivos. Veamos: “Hoy la juventud y la niñez viven el desamparo cultural, las canchas y los clubes de los barrios acusan un progresivo estado de deterioro, ya no se ven los grupos de danza folklórica, de teatro y de poesía coreada… Dónde está el arte y la cultura de los barrios, dónde están Asocludisna, Agrucudegua y los clubes Bohechío, Varias Luces, Jaragua, Fases de Luna, Leónidas Solano, Renacer, Acufrosa, Hilario Nivar, Simón Bolívar y otros tantos, en donde nos forjamos, adquirimos conciencia de clase y crecimos en compromiso… En cambio ahora vemos a un grupo de “pordioseros culturales”, en nombre de la cultura y el deporte barrial buscándosela como la garza encima del toro, solicitando recursos al gobierno y al Ministerio de Deportes para ejecutar programas en favor de la juventud y la niñez que nadie ve”.

Pero volvamos a los clubes. Podemos decir que ya no hay clubes culturales y deportivos, más bien lo que hay es clubes deportivos. No es que las actividades deportivas no sean importantes, pues también el deporte y la recreación son actividades culturales y son importantes, sobre todo cuando el ser humano la práctica para canalizar adecuadamente sus energías, ya que entonces se produce la catarsis, pudiendo lograr una salud física y espiritual. Eso puede proporcionarlo el deporte de aficionados, el de alta competencia (hasta cierto punto, siempre que no se vea como un canal para la movilidad social), pero no así el deporte profesional, aunque no podemos negar el derecho a quienes si tienen la oportunidad vivan de él, pero la mística y el fin no son los mismos. Sin embargo, el deporte profesional no debe promoverse desde los clubes juveniles.

Los clubes juveniles debe tener nuestro país y que deben fomentarse desde algunas instancias, para frenar la delincuencia y la violencia, especialmente los feminicidios, son los clubes juveniles culturales y deportivos, no los clubes exclusivamente deportivos. El profesor Julio Cuevas, hace algún tiempo escribió un artículo titulado: Volvamos a los Clubes, el cual apuntaba algo sobre lo que decimos.

Si el Club Cultural y Deportivo Mauricio Báez realiza algunas actividades culturales se debe a que ha sido impelido por el apoyo de algunas personalidades como el ex-presidente Leonel Fernández, el cual vivió en ese sector. Ahora bien, ¿se reúnen frecuentemente los jóvenes del Club Mauricio Báez como lo hacían casi todos los clubes culturales y deportivos de La Capital y del Interior del País, como otrora lo hacían?, la respuesta debe suponerse que posiblemente sea no. Es decir, no es muy probable que se reúna toda su membresía quincenal o semanalmente, puede ser que se reúna con mucha frecuencia la directiva del Club o algunos grupos de teatro, grupo de poesía, etc., para actividades concretas que realice cada grupo.

El resurgimiento de los clubes juveniles, donde los jóvenes tengan un espacio de interacción entre ellos y de integración a la sociedad, resolvería un gran problema a la comunidad nacional, porque frenaría al narcotráfico, no digo que acabaría con ese flagelo, pero lo frenaría porque se reduciría su espacio. Es algo intangible, pero lo frenaría. De igual modo, se frenaría el alcoholismo, la delincuencia, los accidentes de tránsitos y los homicidios y ferminicidios.

De ese modo, la calidad de vida de nuestros jóvenes aumentaría, sobre todo los de los sectores populares y de las capas medias, esto es los de las clases medias. Pero además, esto prolongaría la vida de muchos jóvenes porque se reducirían las muertes de personas jóvenes por el alto consumo de alcohol y de drogas, al interactuar en los clubes, sin necesidad de prohibir el consumo de bebidas alcohólicas mediante una ley seca, pero al participar colectivamente, interactuando frecuentemente en los clubes, participando en charlas educativas y actividades de teatro, bailes folklóricos, etc., se reduciría el consumo de bebidas tóxicas, consumo de drogas y se reducirían muertes por enfermedades del hígado y por accidentes de tránsito.

El 9 de octubre debe ser recordado como el día de la intolerancia de un régimen represivo  de que fueron víctimas esos cinco jóvenes sanos, jóvenes de los más sanos de nuestra sociedad. Esos jóvenes no eran pandilleros, como hoy hay tantos que asesinan a otros jóvenes y a personas adultas. Debemos recordar el 9 de octubre, como El Día de los Clubes, porque los clubes precisamente luchaban por la vida, luchaban por la vida de los jóvenes y adultos del país. Debemos volver a los clubes juveniles populares que incentiven la cultura y el deporte sanos. Los pueblos siempre deben defender su identidad, por más que se quiera hablar de globalización. Esta puede ser el antídoto para todos los pueblos, especialmente los de Centroamérica y El Caribe.

Volvamos a los clubes juveniles populares en las ciudades y campos y tendremos menos delincuencia y menos homicidios y los jóvenes recuperarán una vida sana. Así podríamos pensar en tener una sociedad más justa, con menos gentes pensando en el vicio y en vanidades. Ese sería el futuro dominicano, la coincidencia con un slogan de campaña del PLD de Juan Bosch en el 90 es casual.

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