Nuestro país, la antigua Española, hoy la Republica Dominicana, ha sido referente de grandes acontecimientos históricos, desde ser parte de las primeras islas ocupadas por la llegada de Cristóbal colon en 1492, o ser el primer asentamiento europeo en el nuevo mundo, hasta ser la primera isla en donde se construyó por primera vez una edificación para el abrigo de las personas enfermas, llamado originalmente como Hospital de la Concepción y más tarde el Hospital de Bari 1503, aunque en ese momento el concepto de hospital no era el mismo que tenemos hoy en día, tecnológico, amplios y complejos , pero si tenemos algo en común, era un lugar donde se experimentaba la metáfora de la vida y la muerte, un lugar donde los necesitados, enfermos y pobres eran atendidos, un lugar donde estaba su única oportunidad de sobrevivir a los grande males y enfermedades que azotaban la isla, era un derecho a la vida, y en esos aspectos varios siglos después siguen siendo las mismas necesidades del pueblo dominicano.
El inicio de la ocupación del continente americano, por diferentes civilizaciones del viejo mundo trajo consigo grandes movimientos y avances, desde el comercio, las luchas de poder, las guerras, hasta los hábitos y costumbres de diferentes civilizaciones, para el profesor e investigador inglés, Roy Porter, comenta que la llegada de Cristóbal Colón a La Española (actual República Dominicana y Haití) fue para la salud humana el evento más catastrófico de todos los tiempos” (Porter, 2004, p. 27).
Dos pueblos que habían existido sin ningún contacto, por millares de años, pasarían a convivir, con intensidad gradual, evidenciando sus respectivas fragilidades y necesidades. En especial para los pueblos indígenas del Nuevo Mundo que representaban, en aquella época, un componente poblacional “virgen, vulnerable, completamente sin resistencias a las enfermedades importadas por los conquistadores españoles y portugueses”. (Porter, 2004, p. 27)
A partir de ese encuentro entre ambas civilizaciones, grandes enfermedades acometerían a ambos pueblos, desde aquellas traídas por los militares y los colonos al caribe, la cual llevaban consigo agentes infecciosos desconocidos para los nativos, Pero también de la misma manera, habían enfermedades que podían ser adquiridas a partir de las relaciones de estos inmigrantes con los nativos del Nuevo Mundo, con el tiempo la construcción de hospitales fue una gran necesidad para la supervivencia, grandes pestes y muertes diezmaban a la población mixta del nuevo mundo y solo el hospital era su única salvaguardia y esperanza de vida.
Hoy en día no es diferente, al analizar detalladamente los datos históricos que nos colocaron como referente en materia de construcción de hospitales y en atención de salud y ver la ciudad de Santo Domingo como el lugar donde comenzaron las primeras edificaciones relacionadas a los cuidados y a la asistencia de las personas enfermas, los llamados “Hospitales «en todo el continente americano, me llena de orgullo de nacer en la Republica Dominicana. Pero a la vez me lleva a pensar ¿y qué sucedió después?
¿Seguimos siendo ese referente que históricamente nos caracterizó en materia de construcción de hospitales y de atención de salud? ¿Son nuestros hospitales los modelos tipológicos que necesitamos? ¿Están nuestros hospitales humanizados acordes a las necesidades y experiencias que se viven hoy en día?
Es obvio que las cosas deben cambiar, debemos volver a ser esa isla que en un momento de la historia fue un referente en materia de hospitales, debemos colocar a las personas como lo más importante, en el centro de la ecuación, desde hace varios años cada vez más los expertos advierten de la importancia de un entorno adecuado para agilizar los procesos de curación. Por ejemplo, planificar los espacios con las características necesarias pueden ayudar a que el estado de salud de los pacientes mejore más rápidamente. La humanización pretende hacer una aproximación holística a la salud, abordando al paciente de forma integral, ubicando a la persona en el centro de la atención, debemos curar personas, no enfermedades.
Podemos ofrecer hospitales más humanos a los usuarios desde distintas dimensiones, por un lado, podemos incidir en la dimensión relacional, es decir, los procesos asistenciales, y por otro en la dimensión material, los entornos construidos.
El principal factor para asegurar el éxito de nuestros hospitales hoy en día es la estrecha colaboración entre todos los agentes implicados en el proceso, así como un pleno convencimiento y una gran voluntad por parte de todos de emprender esta tarea de volver hacer de la Republica Dominicana un referente en materia de hospitales para toda la región.
Por Herly Valenzuela
*El autor es arquitecto