Cuando se anunció la llamada alianza «Rescate RD», muchos pensamos que se trataba de un ejercicio abierto y democrático de sectores que habían encabezado la administración del Estado y que después del año 2020, fueron desplazados.
Hasta ese punto no veíamos ningún inconveniente, incluso para los que los que tenemos una visión democrática del quehacer político, vimos la oportunidad de formación de un escenario sano para el debate de las ideas y la generación de propuestas viables en favor del interés general.
Hace siglos pensadores como Locke y Montesquieu, desarrollaron la idea de los pesos y contra pesos en la gestión del poder político, pues a cualquier gobernante le es sano contar con una oposición constructiva y colaborativa, términos utilizados por el Dr. Balaguer cuando le tocó estar fuera del poder en el siglo pasado.
Así las cosas, el PLD gobernó por 20 años controlando todos los estamentos del poder, desde el ejecutivo, legislativo, judicial y demás órganos extrapoder, algo similar a lo dicho por Lord Acton al expresar que «el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente». La situación descrita los llevó a un abismo sin vuelta atrás, ya que internamente se desafiaron hasta dividirse, eso pasa cuando no hay espacio suficiente en el acera del frente.
El PRM por su lado debe aprender de los errores de los otros, para no repetirlo como se dice de la historia, que los hechos se dan nuevamente o como desgracia o como comedia.
Pero resulta que cuando el partido del gobierno, con su candidato presidencial, el actual primer mandatario, Luis Abinader, dan la clarinada de salidas respetando las treguas y plazos de ley, la cosa toma su justo nivel. Si uno navega por tik tok, instagram, facebook o X (antiguo twitter), parecería que vivimos en otro pais, es como su fuera otra dimensión, donde no tendríamos que hacer elecciones sino solo nos tocaría proclamar pura y simplemente a los opositores, incluso parecería que ganarían hasta sin la famosa alianza.
Si bien es cierto que no podemos desconocer que hay retos con temas que preocupan a los dominicanos como la seguridad ciudadana, los precios, la salud, entre otros, no es menos cierto que el día a día se le van dando respuesta a los mismos.
Pero de ahí a que gente que ni una foto juntos se han tirado, que van separados en muchos municipios y provincias es una muestra inequívoca que no están cohesionados, que el susodicho acuerdo de los morados y los verdes es una gran falacia y que sus efectos no se han cuajado.
Ahora pretenden desmontar candidatos, aquellos que hicieron sus esfuerzos por competir dignamente, para imponer arbitrariamente y al margen de la ley, a los que más puedan sacar números para competir, no para ganar.
Finalmente, los recorridos por el sur, cibao central, y el este del país, encabezados por el presidente Luis Abinader, ha dejado al desnudo a más de uno, demostrando que «Rescate RD», no es más que un espejismo y un autoengaño, porque la oposición se ha quedado en la virtualidad, pero la realidad dice otra cosa muy distante: el cambio sigue y la gente no está dispuesta a mirar para atrás.