A partir de la gran crisis bancaria del 2003, la cual tuvo lugar en el gobierno de Hipólito Mejía, fue que comenzamos a vivir la cruenta historia de la deuda cuasifiscal y el déficit cuasifiscal del Banco Central.
La deuda cuasifiscal representa el capital de la deuda y el déficit cuasifiscal representa los intereses que tiene que pagar el Banco Central.
El gobierno dispuso que los bancos en crisis -Baninter, el Banco Mercantil y el Banco Nacional de Crédito- les devolvieron los depósitos a los dueños que lo solicitaran.
Como consecuencia de esa deuda cuasifiscal y del déficit cuasifiscal el crecimiento de la masa monetaria llegó a niveles increíbles porque, además, el Banco Central tuvo que utilizar el mecanismo de adelantos y redescuentos para financiar a los bancos en crisis, colocados en grave situación de crisis de liquidez y de solvencia.
Como consecuencia de esa política el tipo de cambio se disparó y el dólar llegó a cotizar a 60 por 1.
Eso implicó una tremenda depreciación del peso y, por consiguiente, una gigantesca apreciación del dólar.
Como consecuencia de la depreciación del peso, la inflación se disparó también.
En el segundo gobierno de Leonel del 2004 al 2008 el Congreso Nacional aprobó una ley para capitalizar el Banco Central, de tal manera que anualmente se contemplaban en el presupuesto del gobierno los recursos para capitalizar el Banco Central.
Pero los recursos provenientes del presupuesto para capitalizar el Banco Central no eran suficientes para lograr que en un tiempo determinado el Banco Central saliera de la deuda cuasifiscal y del déficit cuasifiscal.
En el mismo 2003 sabíamos que esa deuda cuasifiscal se iba a incrementar grandemente en el mediano y largo plazo, de tal que sería insostenible su pago para el Banco Central.
Veinte años después esa deuda cuasifiscal está en un billón y cientos de miles de millones.
El déficit cuasifiscal está por encima de los 80 mil millones de pesos.
La historia nos demuestra fehacientemente que el Banco Central sí puede manejar la deuda a corto plazo mediante el empleo del mecanismo de operaciones de mercado abierto.
Hay un economista que estuvo trabajando en el Banco Central, y que fue corresponsable de todo el manejo de la deuda cuasifiscal y del déficit cuadifiscal, que nunca planteó en el 2003 que la deuda cuasifiscal es una deuda de largo plazo y que no le corresponde al Banco Central manejar ese tipo de deuda.
Siempre he sido partidario que toda la deuda de largo plazo del Estado debe ser manejada por el Ministerio de Hacienda.
Yo creo que el Ministerio de Hacienda debió haber asumido siempre el manejo de esa deuda cuasifiscal de largo plazo que está en manos del Banco Central todavía.
POR EL DR. VÍCTOR MANUEL PEÑA
*El autor es doctor en Economía, licenciado en Derecho, tiene dos maestrías y es miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo.