En una tertulia literaria que sostuve con el Dr. RamónMiliano, él me hablaba del estilo magistral que escribe Luis Brito, jefe deredacción de El Nuevo Diario, y que hace poco escribió sobre la forma salvajeen que fue asesinado el maestro Mateo Aquino Febrillet.
Hace unos días, participé en un acto en la UASD, donde selevantó una tarja frente al árbol Ceiba Pentandra, del cual Luciano, el maestrode ceremonia, dijo: “Que el magnífico ex rector deseaba que al lado del árbolse enterrara su cuerpo el día que muriera”.
Debido a estas dos experiencias que he tenido, me heinspirado y he escrito estos humildes versos con llanto en los ojos que mebrotan del alma.
Ceiba Pentandra
¡Salve, salve arcángelglorioso!
soberano rabí deQuisqueya
el amor que en mi seratesoro
brota del corazóncuando impera
la cruz del redentoren cada prójimo.
En el peregrinar ángelsincero
fuiste pastor con almade cordero
rima toda la nocheprofecías
como una estrella quecayó del cielo
sobre su féretroapareció el Mesías.
El Sermón del Trueno
A Yeni Berenice lahija de Temis
Truenan mudos rumores
muge su extraño códigoel silencio,
saltan olas al viento
nubes águilas dejan elmal atado sin movimiento,
la tierra gira,
meteoros invaden elfirmamento,
cristaliza la caída
jinetes tártaroslanzan flechas de fuego.
Un relámpago sale aencontrarse con la lluvia,
el zarzal reverbera enla neblina,
en una cerda un torose desangla en la luna
las abejas sacuden suslanzas amarillas,
un rayo se desvaneceen la sombra
una estrella fugaz sedesploma,
Caronte hunde la barcasin Calderón en el río,
la noche desaparece
el camino es un río detierra.
Salta del agua, subela montaña
escucha el sermón deltrueno,
la llama la llama
intercambia palabrascon el incendio,
el alma trasciendecomo fénix del suelo
despierta como alba enel día,
una nube fantasma hacetemblar el fuego
una paloma verdereclama justicia:
en la montaña seescucha un eco
el trueno lanza suronco grito
aquí no mate oFebrillet
te verás arder en elinfierno
Blas Peralta Asesino