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25 de abril 2024
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OpiniónÁngel MoretaÁngel Moreta

Hugo Guiliani Cury quiere un Haití intervenido y de «gobierno compartido»

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Hugo Guiliani Cury es un intelectual dominicano destacado en el área de la historia y las ciencias sociales. En su artículo “Haití necesita intervención y gobierno compartido” (Listín Diario, 4-10-21), Guiliani muestra que es un intelectual equivocado. Nosotros los dominicanos no estamos en capacidad de decir lo que conviene internamente a la República de Haití ni a ninguna otra nación del planeta.

Y no estamos en esa capacidad, primero porque no tenemos el derecho a intervenir en los asuntos internos de otras naciones. Segundo, porque hoy día la situación económica, política y social de ese país vecino es sumamente compleja, y tercero porque esa nación no constituye un “Estado fallido”, que es una teoría proveniente de la sociología norteamericana y que busca justificar que la República de Haití es un organismo cuyos órganos componentes han fracasado.

Es una teoría de la sociología funcionalista y positivista de los Estados Unidos, según la cual cuando un organismo falla es presumiblemente porque alguno de sus órganos también falla. Y resulta que esta teoría busca presentar a Haití como un Estado fracasado totalmente, un Estado históricamente inviable porque tiene fuertes conflictos internos.

¿“gobierno compartido”?

 El señor Guiliani propone la fórmula mágica para resolver los problemas de un “Estado fallido”. Esa fórmula milagrosa es la de ensamblar un gobierno compartido como una opción que funcionaria muy bien.

En este sentido Haití es hoy peor a un “Estado fallido”. “Es un territorio con fuertes conflictos internos, lo que está impulsando oleadas migratorias y que gradualmente está siendo dominado por pandillas violentas que harán de los secuestros, el narcotráfico y el terrorismo su modus vivendi, es decir que la forma de vivir de Haití seria la violencia, por lo cual traerá desestabilización y a ser vecinos en una misma isla, y la solución para los países imperiales será convertirnos en un solo Estado”.

La idea de que podemos ser fusionados en una sola nación es algo descabellado, ya que los países dominantes en vez de unificar naciones distintas lo que han hecho siempre es dividirlas. Es descabellada porque esos países tienen que respetar que son dos culturas diferentes, dos lenguas diferentes y dos historias distintas y el tratar de unificarlas es una tarea imposible, también un protectorado o un fideicomiso no es algo posible porque son Repúblicas independientes y miembros independientes de las Naciones Unidas (ONU).

Es absurda la tesis de establecer un gobierno compartido entre Haití y República Dominicana. Guiliani presenta la tesis de que el concepto de que el gobierno compartido es una especie de “alianza estratégica y un plan de reconstrucción para Haití”; y el autor ve esta posibilidad, pero reposando en los archivos muertos de la cancillería. Más adelante dice Guiliani que:

“La pura verdad es que lograr que se haga algo por Haití ha sido imposible, pues ni siquiera lo pudo el presidente Clinton a través de lo que llamó Iniciativa Global Clinton (IGC).

“Haití necesita ser intervenido”

Para el autor Haití necesita ser intervenido, ya que la solución no es creer en elecciones o en presidentes electos democráticamente, por eso propone un “gobierno compartido”, que tenga como actores principales a los Estados Unidos y Francia; y segundo las Naciones Unidas, y tercero el pueblo haitiano. El cuarto seria la República Dominicana….

La propuesta de Guiliani es absurda y descabellada, pues ve como solución a las grandes naciones que han sido totalmente negativas para la historia de ese pueblo.

En cuanto a Naciones Unidas peor aún, pues el ejército de ocupación de Naciones Unidas fue un desastre humano, político y social; una barbarie que duró 10 años de violaciones sexuales, trata de niñas, abusos de toda índole y sometimiento militar de los pobres de ese país.

Finalmente Guiliani propone que Haití se encuentra en un proceso de auto destrucción y por tanto hay que ayudarles con soluciones que contemplen esquemas como el de una “alianza estratégica” mediante la cual se establezca con los haitianos un gobierno compartido.

El colonialismo y el neocolonialismo en Haití

Lo que propone Guiliani es una formula neocolonial mediante la cual el pueblo seguirá sobreviviendo como nación colonizada por Francia y Estados Unidos y supervisada por Naciones Unidas. Se trata de una solución imaginaria producto de la “ilustración” del siglo XVII en Europa. Es decir que las grandes naciones tienen el derecho a intervenir en la vida de otros pueblos y estos pueblos tienen el deber de aceptar un gobierno compartido con otras naciones.

Por esto hemos dicho que se trata de un protocolo establecido perdido en la penumbra de la mente de un intelectual dominicano que se considera proponente privilegiado de la vida de otros pueblos, lo cual constituye un tremendo error cuyos orígenes se encuentran en el siglo XVII cuando las grandes naciones imponían su forma de vida y sus intereses económicos a pueblos débiles y colonizados, vistos como naciones empobrecidas incapaces de buscar sus propias soluciones.

Desconocimiento de la historia

Hugo Guiliani Cury desconoce la historia de Haití, siendo que él habla desde el ámbito de una torre de marfil. Esa torre puede estar en el sector Naco; o Piantini; o Arroyo Hondo, pero nunca en la realidad concreta.

Se trata de una mentalidad intelectual neocolonialista que se considera extremadamente lúcida y capaz de abrillantar los protocolos gubernamentales que deben tomarse en cuenta para la vida de otros países.

Sin embargo, la verdad pura y simple es que Haití es un pueblo capaz, con una historia de contradicciones internas sumamente complejas. Un pueblo con una intelectualidad brillante, pero explotado y saqueado, sometido y humillado por Estados Unidos y Francia.

Un pueblo también saqueado por grupos gobernantes que en todos mis artículos he llamado “troikas”, a saber, grupos corporativos gansteriles que se roban toda la riqueza de ese país, que saquean la economía y permiten que el pueblo haitiano viva en una miseria absoluta. Son mafias corporativas sin ética y sin moral, arrodilladas a los Estados Unidos y a Francia y la verdadera realidad es que nuestros vecinos están en un proceso, no de auto destrucción, sino de recomposición, de reorganización, de transición, de insumisión y rebeldía contra invasiones e intervenciones afrentosas que buscan despedazar y descuartizar a una nación pluricultural, multilateral y deseosa de construir una voluntad soberana.

Y por eso es mantenido en la humillación, en la pobreza, en la negación de oportunidades de superación; en el analfabetismo y el engaño, situación extrema que hoy ha llegado al punto del envilecimiento, de la quiebra institucional y de la amenaza a los verdaderos valores nacionales haitianos.

No olvidemos, que Haití fue la primera nación en América que realizó una revolución anti esclavista, anti colonial, pluricultural y de liberación, mientras las grandes potencias lo que han hecho es practicar el saqueo y el robo más descarado de la historia humana.

Desde este punto de vista República Dominicana ha ayudado siempre al pueblo haitiano. No que va a ayudar en el futuro, sino que ha ayudado desde el pasado.

Y ni Estados Unidos ni ninguna otra potencia puede señalar a la República Dominicana su destino, como quieren hacerlo algunos intelectuales que se consideran producto de la ilustración del siglo XVII. Pero hay que ver que Estados Unidos es una nación en decadencia. Algunos han señalado las implicaciones del asalto de las bandas de extrema derecha al Capitolio, que es el recinto de la soberanía popular en ese país. Fue un golpe devastador para la imagen de Estados Unidos como “líder natural” del llamado mundo libre y como el modelo a emular por todos los países que luchan por emanciparse de las autocracias que los han oprimido durante siglos.  Pero no resulta así como lo veremos en otros artículos.

Por: Ángel Moreta

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