Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de abril 2024
logo
OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

Haití en las antípodas

COMPARTIR:

El descubrimiento por parte del prestigioso diario británico The Times de que parte del personal de la organización no gubernamental Oxfam organizó orgías hasta con menores de edad en Haití, pone en evidencia que en ese hermano país nadie está pensando en su eterna mala suerte, y que todo el que de una u otra manera fue testigo de los días aciagos  post terremoto, concurrió a esa crisis con su propio proyecto personal, sin importarles el destino haitiano.

 De personas pertenecientes a una institución como Oxfam, que ha realizado trabajos de investigación tan críticos y contundentes, siempre se espera vigías en contra de las injusticias, el abuso y las indolencias. Quélejos de la realidad está uno cuando se observan que dinero de la gente es utilizado para pagar francachelas con niñas y prostitutas, como lo hicieron los altos gerentes de Oxfam en el vecino país.

 Un país con un desastre total, como es la realidad de  Haití luego del fatídico terremoto,  y que para colmo las fuerzas que acudieron en su auxilio solo contribuyeron a hacer más difícil su terrible situación, constituye un penoso drama que el mundo y los sectores sensatos no deben aceptar.

 Las mesnadas de las Naciones Unidas que intervinieron a Haití introdujeron el cólera, enfermedad que ha eliminado a miles de gente haitiana (y quién sabe si dominicana), agregándole a eso que muchos de los miembros de la Minustah terminaron implorando al dios Baco, pagándoles sexo a menores de edad haitianas, un caso que estremeció al mundo y que no hubo ningún tipo de consecuencias.

 Peor suerte no puede tener una nación que luego de un movimiento telúrico que diezmó a gran parte de su población, la comunidad internacional le prometa villas y castillos, para a la postre, exhibir las alforjas vacías, y las promesas ser barridas por los vientos alisios que las enviaron al saco del olvido. Al calvario post terremoto haitiano se le sumaron cientos de ONG que con el dinero que reciben de las grandes potencias, se resolvía el problema del agua potable en Cité Soleil, instituciones que su norte fue el hostigamiento en contra de la República Dominicana acusando a nuestro país de racista, estrategia utilizada como   plato fuerte por estas entidades pertenecientes a la sociedad civil.

 Ni los países poderosos, ni las ONG le cumplieron a Haití, para agregarse como el mal de Sísifo, con su piedra en las espaldas que lo hacía retroceder en todo momento, el escándalo escenificado por una ONG como Oxfam, que se ha pasado la vida criticando las injusticias en el mundo. Tanta calamidad en tan solo 27,570 kilómetros cuadrados en un mundo en donde las grandes potencias se gastan miles de millones de dólares en programas inútiles y anti humanos.

 Si a ese cuadro patético se le coloca como común denominador una oligarquía y una clase política ajena a su realidad, entonces se verá que todas las intemperancias ocurridas en ese país merecen que un tribunal internacional (puede ser el de Holanda) sancione ejemplarmente a sus protagonistas, como forma de hacer justicia en esa nación, la más pobre del hemisferio.

Comenta

[wordads]