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26 de abril 2024
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OpiniónRafael Sención GilRafael Sención Gil

Estados Unidos, China y la  guerra comercial

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Recientemente en Beijing la primera ronda de negociaciones entre los representantes de China y Estados Unidos  al objeto de poner fin a la guerra comercial que mantienen ambos países. Una guerra que tuvo sus inicios cuando los Estados Unidos en una acción punitiva impuso aranceles de importación del 10% a unos 6000 productos chinos por un valor estimado en 250, 000 millones de dólares. China contraatacó imponiendo aranceles de importación de hasta un 25% a 128 productos estadounidenses lo cual implica un monto aproximado de 60,000 millones de dólares.

Las rondas de negociaciones habían sido acordadas por los presidentes Xi Jinping y Donald Trump en el trascurso de la que podríamos llamar  “cena de la paz comercial”, celebrada en la ciudad de Buenos Aires en el marco de la cumbre G-20.

Las delegaciones estuvieron encabezadas por Jeffrey Gerrish y Wang Shouwen por Estados Unidos y china respectivamente.    Sin embargo, reseñas periodísticas señalan que Liu He  vice primer ministro  chino participó brevemente en una de las reuniones.  Este economista y miembro del poderoso politburó del Partido Comunista de China es considerada como la  persona más cercana e influyente del presidente Xi Jinping.

Como parte del proceso de distensión previo a las negociaciones ambas partes acodaron un armisticio de 90 días en la guerra. China acordó una rebaja de aranceles a los vehículos importados desde Estados Unidos que a la fecha es de 40% y la reanudación de la compra de soya a este país. Estados Unidos por su parte suspendió temporalmente el aumento proyectado del 10% al 25% de los aranceles de importación.  una cifra cercana a los 200,000 millones de dólares. Advirtiendo  que seguiría adelante con su plan en caso de no arribarse a un acuerdo en el plazo acordado en la tregua.

Aunque China de manera reiterativa ha negado las acusaciones, Estados Unidos presentó una larga lista de demandas sobre varios asuntos tales como: Transferencias tecnológicas forzadas, violación a los derechos de propiedad intelectual, barreras arancelarias y ataques cibernéticos.  La satisfacción por parte de China de estas demandas modificaría sustancialmente los términos comerciales entre las mayores potencias del comercio mundial.

En un lenguaje más diplomático que comercial ambas partes se refirieron de manera escueta al resultado de las negociaciones. El Ministerio de Comercio de China mediante un comunicado expresó que las negociaciones permitieron sentar las bases de un acuerdo y que ambas partes acordaron seguir en contacto, sin precisar el lugar ni la fecha de esos futuros contactos. Aunque en días posteriores el secretario del tesoro de Estados Unidos Steven Mnuchin anunció que Liu He visitaría Estados Unidos para continuar las negociaciones, el comunicado oficial de Estados Unidos se limitó a recapitular los puntos de negociación puestos en la mesa sin entrar en detalles sobre las discusiones. Los mercados bursátiles han reaccionado al alza, señal de optimismo en el resultado de estas negociaciones.

Aunque ambas partes alegan el mutuo beneficio buscar, la realidad es que esta llamada guerra comercial no ha hecho más que comenzar. La meta real es la supremacía y control en el comercio global.

 

Por: Rafael Sención Gil

 

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