El 19 de abril del año 2015 fue un día histórico para el PLD y para la democracia en la República Dominicana. Ese día el Comité Político de la principal fuerza política del país había aprobado modificar la Constitución para permitir la reelección para un segundo mandato consecutivo del presidente Danilo Medina y a pesar de la resistencia que en algún momento puso el Dr. Leonel Fernández y sus seguidores, al final lograron ponerse de acuerdo y lograron el triunfo en las elecciones del 20 de mayo del 2016.
Pero ya a lo interno de la vida político-partidaria se ha ido incubando el proceso más retador y preocupante de la historia del partido fundado por el profesor Bosch en diciembre de 1973.
Se han profundizado unas heridas que con el pasar de los años habían venido germinando en la lucha natural por el poder de las dos principales figuras del PLD, Danilo Medina y Leonel Fernández.
Lo preocupante de todo es que cuando sumamos los factores que adornan esta nueva lucha cruenta por el poder, hay factores externos e internos que no auguran un nuevo final feliz para la dirigencia del partido de la estrella amarilla a menos que cambien de rumbo.
Temas como el desgaste natural en el poder, la incapacidad de hacer una reingeniería desde el poder dando paso a nuevas caras y generaciones que tengan la capacidad de hacer “engagement” con una sociedad que ha cambiado, crisis mundial del sistema tradicional de partidos políticos que genera una ola global que está rompiendo paradigmas y al estatu quo, redes sociales y muchos otros elementos que hacen del accionar político de hoy, muy distinto al que ellos aprendieron en sus años de formación.
El próximo sábado 27 de octubre el PLD tiene en sus manos mucho más que elegir la modalidad de elección interna para sus candidatos, trillará de manera definitiva su suerte a correr de cara a las elecciones del año 2020.
Esas reuniones para recibir dirigentes medios y de “base” que hicieron el presidente del partido Leonel Fernández y Reinaldo Pared secretario general, son a todas luces una expresión de “pataleo” ante lo inminente que va a ocurrir el sábado con la segura aprobación de las primarias abiertas y simultaneas.
Lo peor de todo es ver que después de más de 15 años en esas posiciones nunca hicieron lo propio y dos días antes de dicha reunión hacen algo ilógico a todas luces.
En el caso de Reinaldo uno pudiera entender su condición de secretario general y respetando los “rangos” se prestó a esto, a sabiendas del momento de que el momento que vive el partido es delicado y debió mantenerse al margen de dichas reuniones, deja mucho que decir por el poco tiempo con el que se armaron las reuniones y la limitación de recibir verdaderamente a dirigentes de todo el país en cantidades representativas.
Lo cierto es que el PLD no anda bien y aparentemente muchos están decididos a que se destruya el último instrumento real que le queda a nuestra democracia antes de poner los intereses del país por encima de los intereses grupales e individuales. Ojalá nuestro Trump, Bolsonaro o López Obrador ya no ande caminando por nuestras calles alimentado por políticos que en muchos casos han perdido la perspectiva, porque la cura terminaría siendo peor que la enfermedad como hay sobrados ejemplos en la historia.
Por Elvin Castillo