Llegó el año del cambio, y el cambio es Luis Abinader, un hombre joven rodeado de viejos por todas partes.
El cambio lo piensan hacer dirigentes políticos que casi todos pasan de los 40 años y algunos más viejos que la edad de jubilación en la mayoría de los países del mundo.
Aquí nadie se jubila, y menos los políticos, y los que cobran como pensionados o jubilados siguen trabajando como si nada.
Hay un tres veces Presidente trabajando para volver una cuarta o quinta y empatar con Báez y Balaguer,por cierto ambos jubilados por la muerte,nadie sabe que se le pudo haber olvidado hacer a uno, y qué es lo que va a cambiar el otro.
Estamos ante un país donde más del cincuenta porciento de sus habitantes pueden ser hijos y nietos de los que quieren ser Presidentes y otros cargos,no se entiende semejante absurdo ni semejante ambición, pero la realidad es que deben ser los votantes los que se den cuenta que no es para hacer nada que quieren el poder,es el deseo de ser que incluso le heredaron los padres a sus hijos y se van a ir poniendo viejo tratando de gobernar un país de jóvenes,lleno de miseria y nadie sabe para qué!
POR GERMÁN MARTÍNEZ