La economía circular ha sido conceptualizada como el esquema o modelo de economía más adecuado para afrontar muchos de los problemas del medio ambiente.
En el marco del modelo de economía circular se trata de someter a un permanente proceso de industrialización los desechos sólidos, de tal manera que no existan vertederos a cielo abierto y que esa misma industrialización permita reemplazar la extracción de materias primas del medio ambiente.
Y evitar que los plásticos, parte de los desechos sólidos, terminen contaminando las aguas marinas.
El esquema de economía circular permite la reproducción de bienes y servicios a través de la industrialización de los desechos sólidos y el no deterioro progresivo del medio ambiente.
Así las cosas, la economía circular permite la sostenibilidad del medio ambiente y del desarrollo económico y social.
En un país como el nuestro solo una acción conjunta del gobierno central y de los ayuntamientos y distritos municipales va a hacer posible alcanzar el objetivo de eliminar los vertederos a cielo abierto.
Claro, hay otros problemas del medio ambiente que no se resuelven solo con la vigencia de una economía circular: El caso de la contaminación de la atmósfera y la contaminación del medio ambiente por los gases de efecto invernadero y el mismo cambio climático que ha sido provocado o inducido por esa alta contaminación de la atmósfera a que han conducido los esquemas de industrialización que han asumido las potencias y los países desarrollados en sentido general.
Se impone que la humanidad se aboque a un sostenido proceso de sustitución de la energía basada en combustibles fósiles por energía verde.
Aunque la producción de energía verde podría implicar un sacrificio para la humanidad en términos de la producción de alimentos para la población, es preferible la energía verde a la energía que se produce a partir del uso de combustibles fósiles.
El desarrollo económico-social y su sostenibilidad no es posible sin la sostenibilidad del medio ambiente.
Estamos obligados como sociedad a impulsar un desarrollo sostenible tanto de la economía como del medio ambiente.
Y ello es así porque la economía y el medio ambiente interactúan permanentemente, es decir, siempre.
Nota: El autor es doctor en Economía, licenciado en Derecho, tiene dos maestrías y es miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo.