De dejarse tal como está la antiley que crea la Dirección Nacional de Inteligencia -la DNI- habríamos pasado del régimen democrático que tenemos a una dictadura de la peor especie.
La ley 1-24 que crea la DNI es una ley mordaza porque viola flagrante y abiertamente la Constitución de la República.
En otras palabras, la «ley 1-24» viola y cercena derechos fundamentales de los ciudadanos consagrados en nuestra Constitución.
Diversos sectores sociales y la oposición política han coincidido en elevar un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.
Hasta la Sociedad Dominicana de Diarios ha elevado su prístina y mordaz voz de protesta ante el país por la inconstitucionalidad de «la ley que crea la Dirección Nacional de Inteligencia».
Los derechos fundamentales violados tienen que ver con la libertad de expresión del pensamiento, el derecho a la intimidad y el secreto profesional.
Ciertamente hay que resguardar y proteger la seguridad del Estado, pero con leyes que no violen la Constitución, es decir, que no violen derechos fundamentales de los ciudadanos consagrados en la Constitución.
El error de diputados de la oposición no justifica jamás la ley inconstitucional que se aprobó en el Congreso.
Una de dos o el gobierno manda esa ley inconstitucional nuevamente al Congreso para que sea derogada o modificada o el Tribunal Constitucional dicta sentencia declarando inconstitucional dicha ley de marras.
La antiley aprobada nos retrotrae a tiempos tiránicos y autoritarios felizmente superados en la historia nacional como fueron los de Trujillo y los de Ulises Heureaux.
El gobierno de Abinader con la asunción de esa antiley se ha colocado a la derecha de la derecha y en el centro de un autoritarismo político que nos aleja de la democracia.
Lucharemos hasta la muerte por la democracia, el desarrollo, el progreso y el bienestar del pueblo.
Por eso estamos y estaremos en contra de la actual ley mordaza.
No hay fuerza capaz de detener el agitado curso de la historia.
Autor: Dr. Víctor Manuel Peña
Datos: El autor es doctor en Economía, licenciado en Derecho, tiene dos maestrías, y es miembro de la Dirección Central de la Fuerza del Pueblo.