Superar el conflicto entre la tradición y la transformación, nos ayudará a conservar los valores en un mundo que cambia rápidamente.
La nostalgia es un anhelo por un pasado imaginado. Florece especialmente durante periodos de cambio, debido al paso del tiempo y la introducción de tecnologías nuevas.
El conflicto surge a medida que los individuos lidian con la tensión entre abrazar el cambio y aferrarse a los valores del pasado.
La transformación digital ha acelerado con rapidez el cambio, especialmente en el acceso y el intercambio de información. Sin embargo, esta modernidad y posmodernidad ha creado una sensación de desorientación. Algunas personas sienten la pérdida de un ritmo estable. Esto hace que pierdan el interés en perseguir el éxito.
El mundo está avanzando, creando un conflicto entre la nostalgia y lo nuevo. La gente está experimentando cambios sociales y cuestionando su lugar en un mundo en evolución.
Max Weber hace referencia al «desencanto del mundo» en su libro «La ciencia como vocación». El texto escrito en 1919 destaca la lucha entre el progreso y el anhelo de tiempos más simples. La tecnología y la ciencia han conectado el mundo, haciéndolo más eficiente, pero también más complejo y, a veces, abrumador.
Las narrativas en constante cambio desafían a las personas a adaptarse y crear nuevas historias, mientras que los algoritmos amenazan con homogeneizar la historia y la cultura al proporcionar a todos acceso a la misma información. Como ejemplo, eche un vistazo a las redes sociales y trate de reconciliar el concepto de la cultura dominicana.
A medida que navegamos por este mundo cada vez más interconectado, la confusión es palpable. Sin embargo, resistirse al cambio puede ser aún más perjudicial que aceptarlo. La estabilidad que proviene de quedarse quieto puede parecer reconfortante, pero en última instancia es una ilusión, como tratar de encontrar un punto de apoyo en arenas movedizas.
El peligro radica en permitir que la transformación digital y la naturaleza interconectada del mundo digital eclipse por completo los valores y principios que nos han guiado hasta ahora.
Preservar los valores culturales, morales y sociales que han dado forma a nuestra identidad colectiva es crucial y, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades y los desafíos de la revolución digital.
Esto nos lleva al concepto de amplitud mental:
“La amplitud mental se refiere a la capacidad de una persona para abordar y considerar múltiples perspectivas, ser abierta a nuevas ideas y adaptarse al cambio con flexibilidad y comprensión. Esta habilidad es especialmente valiosa en un mundo en constante evolución, donde la adaptabilidad y la resiliencia son clave para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que surgen.”
Parafraseando al conferencista Daniel Colombo, quien aborda este concepto de la amplitud mental, podemos aplicar estas ideas en el ámbito de la tecnología. Entonces, ser abierto de mente implica, entre otros aspectos:
- Empatía en el trabajo en equipo: comprender y respetar las perspectivas de los colegas, incluso si difieren de las propias, fomenta un ambiente de colaboración y enriquece el proceso de toma de decisiones.
- Adaptabilidad en un entorno diverso: aprender a convivir y prosperar en un mundo lleno de diferencias enriquece nuestro conocimiento y habilidades, permitiéndonos abordar problemas desde múltiples ángulos.
- Expansión de la conciencia técnica: desarrollar una mentalidad abierta y curiosa, sin depender de estímulos externos, nos permite explorar nuevas tecnologías y metodologías de manera más efectiva y creativa.
- Respeto por la diversidad en el enfoque técnico: aceptar que las diferencias en las elecciones técnicas y enfoques de diseño son simplemente eso, distintas opciones, promueve un ambiente de trabajo inclusivo y fomenta la innovación.
- Reconocimiento de múltiples soluciones: entender que no existe una única solución para los desafíos de ingeniería y que hay múltiples alternativas a explorar, nos permite ser más flexibles y eficientes en el desarrollo y aplicación de soluciones tecnológicas.
Un ejemplo de este enfoque es Sir Richard Branson, fundador del Grupo Virgin y reconocido empresario, quien es un defensor de la amplitud mental en el mundo empresarial.
A lo largo de su carrera, Branson ha demostrado una notable capacidad para abordar una variedad de industrias y desafíos, adaptándose a nuevas situaciones y aprendiendo de sus experiencias. Ha enfatizado la importancia de ser abierto a nuevas ideas, escuchar a los demás y estar dispuesto a tomar riesgos calculados.
Branson ha compartido en varias ocasiones sus pensamientos sobre la amplitud mental y su papel en el éxito empresarial, destacando la importancia de la diversidad, la colaboración y la innovación en la construcción de negocios exitosos y sostenibles. Su enfoque en la amplitud mental ha sido un componente clave de su éxito como empresario y líder en múltiples sectores.
En su momento, Branson dijo: ”No aprendes a caminar siguiendo reglas. Lo haces al hacerlo y al caerte muchas veces. Es lo mismo en los negocios. Algunas veces tienes que creer en ti mismo y aprender a través de la experiencia y de los demás. La amplitud mental es clave para el éxito empresarial».
El conflicto entre seguir adelante y aferrarse al pasado es una lucha compleja y continua agravada por la transformación digital, lo que requiere un equilibrio entre el pasado y el futuro.
A medida que nos enfrentamos a los desafíos del cambio, debemos ser conscientes de los peligros de perder nuestros valores y esforzarnos por forjar un futuro que reconozca y respete el pasado mientras abraza las oportunidades del presente.
Al hacerlo, tengo la certeza de que podemos navegar por el mundo con claridad y propósito, manteniéndonos firmes en la base sólida para construir un mejor futuro.
Por: Arturo López Valerio