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2 de mayo 2024
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OpiniónFrancisco TavarezFrancisco Tavarez

A propósito del canal del Masacre, necesitamos una nueva política de cambio climático

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El cambio climático tiene que ser un tema constante no solo en el escenario ambiental, económico y social, sino también en la agenda política de todos los países. Una particularidad de los escenarios preelectorales en América Latina, y de manera directa en la República Dominicana, es la ausencia de propuestas realizables sobre los desafíos medioambientales. En general, salvo muy pocas excepciones, el principal enfoque está dirigido hacia la corrupción, la problemática migratoria, la económica, entre otros.

¿Qué está pasando con la crisis ambiental? ¿Hasta qué punto estamos preparados y conscientes? ¿Cuáles reformas necesitamos? Son solo algunas de las preguntas que debemos plantearnos con respuestas realistas y comprometidas. Si bien es cierto que algunos países presentan avances la realidad sigue siendo desoladora: temperaturas fuera de lo normal, incendios forestales, sequias e inundaciones son solo algunas de las manifestaciones de los efectos del cambio climático.

Si analizamos las causas encontramos respuesta en la tala de árboles, esta es una de las principales prácticas que ha contribuido al calentamiento global, recordemos que nuestros bosques son los principales protagonistas para erradicar las emisiones responsables del calentamiento de nuestro planeta, pero los grandes intereses económicos detrás de ese negocio han impedido detener a los responsables.

Asimismo, los combustibles fósiles como el carbono y el petróleo, son responsables, en gran medida, de la energía que necesitamos para nuestro día a día, pero también son los que producen los gases de efecto invernadero que, en otras palabras, desequilibra el clima y produce el calentamiento global.

La respuesta a la pregunta ¿estamos preparados? Es rotunda y sin retorica: NO, no estamos listos para las consecuencias, de hecho, ya las estamos padeciendo. La voz de alarma, desde hace años, viene dada por los científicos quienes han mantenido una posición coherente: cada día la temperatura de nuestro planeta va en aumento y esto es muy preocupante.

Un sector autorizado como la ciencia no ha sido suficiente para que los expresidentes de Estados Unidos Donal Trump, Bolsonaro en Brasil, el ex primer ministro Boris Johnson, abandonaran su corriente negacionista lo que provocó retrocesos y estancamientos ante los desafíos de la contaminación ambiental.

En algunos países de América Latina los lideres políticos se han caracterizado por una posición moderada o ausente con este tema y sin respuestas contundentes ante los asesinatos de activistas medioambientales, de acuerdo con un informe presentado por la organización Globa Witness solo en el año 2021: 200 defensores ambientales fueron asesinados, es decir, cuatro por semana.

Pensar en diseñar más reformas sin establecer un compromiso real y cuantificable es nadar para morir en la orilla. Lo que puede contribuir es una política de cambio climático que ponga freno a aquellos grupos que persiguen sus intereses a costa de nuestro deterioro ambiental.

Necesitamos que nuestra política tenga como eje central la agenda climática porque sin lugar a dudas esta reduce la corrupción, la pobreza y la desigualdad en beneficio de las naciones. Desde el acuerdo de París adoptado por 196 países, con el objetivo principal de reducir el calentamiento global hasta el acuerdo firmado por República Dominicana y el Banco Mundial para reducir la reforestación es una muestra de que ha corrido mucha tinta sobre el papel sin ser testigos de los resultados prometedores que persiguen estos convenios.

Por Francisco Tavárez. El Demócrata

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