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12 de mayo 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

UASD Autónoma, Institutional y Democrática

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Es infausto y desatinado el llamado a huelga o paro de labores por parte del presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (FAPROUASD), profesor Ing. Santiago Guillermo, el cual no sólo se hace al iniciarse un semestre (como se hizo el año pasado) si no también se hace de manera antidemocrática, sin que lo decida una asamblea de profesores. Esto es parte de una situación de deterioro institucional en la UASD y los profesores son los llamados a imponer la voluntad para revertir esta situación, no pueden permitir la continuidad del deterioro institucional porque este hunde La Academia, pudiendo esta colapsar, en medio del estrangulamiento económico a que la tiene sometida el Estado y al desastre administrativo de la burocracia académica.

El sindicato de profesores tiene que manejarse democráticamente, no puede convocar a una huelga sin haber consultado las bases de Faprouasd que son todos los profesores, sin una asamblea masiva de los integrantes del cuerpo docente. De la misma manera que la Universidad no puede ser dirigida de manera unipersonal por el señor rector, para eso existe el Consejo Universitario que es el máximo organismo de gobierno de la Primada de América.

Sin embargo, la realidad es que la dirección sindical cómo se maneja no lo viene haciendo así, también no parece que el Consejo Universitario se manejara como lo que es, el  máximo organismo de gobierno universitario, porque este organismo no puede aceptar que el señor rector llegue a un acuerdo con los gremios y luego no cumpla con lo acordado.

Hoy día en la UASD, el señor rector y el presidente de Faprouasd, lejos de reunirse a discutir sobre las reclamos del profesorado y la posibles soluciones, se quieren presentar ante la opinión pública como dos émulos que buscan la confrontación personal de uno con el otro. Aparecen como dos contrarios que devienen en idénticos, como si uno fuera el otro y viceversa, que se imitan el uno al otro en los procedimientos para encarar los conflictos pero sin resolverse la contradicción encontrando solución a tales  conflictos.

Aunque el gran responsable es el Estado dominicano, al responder básicamente a los intereses del sector  de la clase dominante que quiere invertir en el negocio de la educación superior privada, al no cumplir con la ley y al no darle a la UASD un presupuesto muy superior al que le entrega y la ahoga económicamente, la realidad es que el actual rector ha sido muy pusilánime al no manejar adecuadamente los exiguos recursos pecuniarios.

Hay un manejo inadecuado del presupuesto, tal y como lo hizo la gestión de Mateo Aquino Febrillet, y en menor medida como lo hicieron las gestiones  de Franklin García Fermín y la de Roberto Reyna Tejada. El rector debe responder porque se comprometió a aumentar un 5 % a los profesores para completar un 15 % y no ha cumplido, ya que a partir de marzo 2017 se aplicó un aumento de un 10 %, pero además se comprometió a pagar retroactivo el incremento del 10 % para los meses de enero y febrero de 2017 y no lo ha hecho.

No voy a hablar en primera persona. Pero si el rector le preocupa su imagen ante los que lo eligieron y que no tienen mácula por no haber recibido de manera deshonesta favores de su gestión y no quiere ser visto como uno de los menos dignos rectores, debería revisar la nómina y dirimir las asperezas con el gremio de los profesores, aunque con eso no se van a resolver los grandes problemas de la UASD, pero comencemos por las pequeñas cosas sin renunciar a resolver los grandes problemas.

Debemos dar la imagen de que podemos autogobernarnos y auto-administrarnos como universidad autónoma y para ello no necesitamos de receta, pero sí que el Estado cumpla con la ley, para La Universidad poder servir mejor al país, aumentando la calidad de la docencia. Formar mejores profesionales y científicos en las diversas áreas que el país necesita, como lo ha venido haciendo pero seguir haciéndolo con el espíritu de superación, produciendo nuevos conocimientos para preservar el medio ambiente, aumentar la salud y  la calidad de vida en la población dominicana.

La Institucionalidad y la democracia tienen que ser reencauzadas en la UASD, para esta seguir existiendo y para ser una entidad capaz de reclamar lo que por dignidad le corresponde, el justo presupuesto que como gigante de la educación superior que es le corresponde. El señor debe poner la casa en orden y el Consejo Universitario debe responder reclamando esto, sentarse a hablar con los directivos de Faprouasd y cumplir con el aumento del 5 % prometido y el retroactivo equivalente al 10 % de incremento de los meses de enero y febrero del año 2017.

Es bueno que todos los candidatos o candidatas a rectoría o vicerrectoría sepan, que los universitarios no debemos votar por un candidato o candidata que no se comprometa públicamente a sanear la nómina y a revisar todo lo que anda mal en términos institucionales en la UASD. Es necesario sanear la administración del Comedor Universitario,  revisar su nómina, el precio de la comida y la relación con los suplidores; si hay suplidores del comedor que financian a candidatos para elegir a estos y luego recibir favores sobrevaluando compras esto debe terminar ya en la UASD. El Economato debe revisarse su nómina y las relaciones con los suplidores y si hay vínculos con los candidatos. La Universidad debe revisar la pertinencia de la reapertura del Cine Universitario y la relación de este con la escuela de cine.

Los cambios en los reglamentos que desde gestiones anteriores se venían dando deben ser revisados, reglamentos de elección de autoridades, concursos para profesores y para coordinadores de cátedra, categorías profesorales, elecciones de directores, vice-decanos, decanos, la participación de los profesores y de los estudiantes en la elección de las autoridades y los organismos de cogobierno universitario y las categorías profesorales. Debe revisarse la vigencia del reglamento de baja estudiantil y cómo se aplica ésta si se está aplicando. Revisar la cuota de participación estudiantil en los organismos de cogobierno universitario y aumentar ésta pero en base al rendimiento académico del estudiante.

La Universidad tiene que ser tolerante de la protesta justa del movimiento estudiantil y profesoral porque la democracia no puede perecer en ella, pero tiene que apoyarse en el departamento de seguridad, para impedir las acciones vandálicas de enemigos de La Universidad en su recinto. La Vice-rectoría de Extensión Universitaria debe reorientar la extensión hacia el pueblo vinculándose a las escasas organizaciones culturales que existen en algunos barrios y pueblos y promover el trabajo cultural con ella y fomentar el surgimiento de nuevas organizaciones culturales, necesarias estas últimas para la prevención de la delincuencia.

La democracia y la institucionalidad no pueden ser mermadas en la UASD porque ambas con el acicate que sirve de arma a La  Academia en su resistencia contra sus detractores y constituyen el referente que ella puede seguir siendo para la sociedad en general, como lo ha sido en otras épocas y debe recuperar esa imagen en el presente y en el futuro debe mantenerla ante la sociedad.

Si hay candidatos o candidatas que están recibiendo financiamiento con fines espurios, ajenos a la Universidad, deberían renunciar a ello y poner sus cuentas claras, de lo contrario le quede claro que una continuidad en ese modo de dirigir La Universidad, casi seguro hará colapsar a esta, a menos que surja un movimiento interno contestatario en La Academia, capaz de hacer retornar el ambiente de gran institucionalidad y de ejercicio de la democracia que otrora existía  en ella.

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