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14 de mayo 2024
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OpiniónEmilia Santos FríasEmilia Santos Frías

Volvámonos a Dios, agradezcamos su misericordia y adorémosle

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Cada vez que escucho a alguien dudar de la existencia de Dios, del Padre creador, misericordioso, protector, siento gran desazón. Nos negamos a reconocer su existencia, validada incluso en la nuestra, en todo lo que vemos y lo que no, lo posible y lo imposible para nosotros, en todo ello está su omnipresencia y omnisciencia; su poder y conocimiento.

Sin embargo, como persona garante de derechos, respeto a cabalidad la filosofía de vida de mis semejantes, su libertad de culto y credo. Pero, la negativa de algunas personas, sobre todo letradas, por aquello de que casi siempre, los cientistas riñen con la fe, me hace reflexionar bastante de cómo es posible, que a más de un año viviendo con una pandemia mundial, en la que Dios nos ha acompañado, y en la que hemos perdido tantas vidas, donde él ha estado a nuestro lado, aun así, algunos duden de su existencia.

Cómo es posible que no seamos capaces de verlo cada día en esa sonrisa que nos brindan, en cada acción que emprendemos; en el bienestar; al despertar, al vivir en paz; tener abrigo, cobijo y quien nos ame. Él está presente también en esa persona enferma que fue levantada, en esa fuerza que nos impulsa estudiar, a destacarnos, y ascender.

Está en la salud, y cuando atravesamos pruebas, nunca nos deja a solas. Aparece en esas pequeñas y grandes cosas que nos regala la vida…, ¡es tan fácil identificarlo!, Es real, si no lo vemos en todos los ejemplos que tenemos en nuestro alrededor, solo debemos buscar dentro…, y lo hallaremos.

Amables, amigas, amigos, con todo el respeto, no seamos incautas- os, Dios cada día hace grandes obras en nosotros, y son reales; las vemos y lo sabemos. ¿Cómo podemos desconfiar de su existencia?

Más bien estemos consciente de que, no debemos ir al Todopoderoso por moda o por dolor, sino, que es mejor llegar a él por amor; en alegría, agradeciendo cada regalo que nos brinda diariamente. Sin fanatismo, ni adocenamiento.

Resulta que, Dios obra con perfección y con el tiempo justo para ti, por eso es necesario dejar en sus manos todas nuestras preocupaciones, sabemos que él jamás va a fallarnos. ¡Reflexionemos, tenemos tanto por que agradecer!

“Buenas cosas vienen para aquellos que creen y cosas mejores llegan para aquellos que son pacientes” y “solo con Dios guiando el camino encontraremos fuerzas, coraje y el valor para seguir adelante y también honrarle con nuestro éxito”.

No dejemos de orar, de agradecer al Creador, que cada día libra inmensas batallas en nuestro nombre, que nos crea el camino para que transitemos sin obstáculos. Aprendamos a amarlo y a creerle. Oremos con fe, es bien sabido que, “las oraciones no tienen fecha de vencimiento, y aunque pensemos alguna vez que Dios se olvidó de lo que rogamos, no es así”.

Dice un refrán que quienes se arrodillan ante Dios, tienen fuerzas para enfrentarse a cualquier cosa, y el Salmo 36:7, nos recuerda su gran amor, donde: “Todo ser humano halla refugio a la sombra de sus alas”. ¡Gracias Padre, por tanto, alabado sea por siempre tu santo nombre!

No olvides querido lector, si todavía estás negado a creer, sumido en congoja o mirando al suelo, entiende que él es real,  solo nuestra fe en el Creador, y las correctas acciones, nos impulsarán no solo a mirar, sino también, a alcanzar el cielo.

Por Emilia Santos Frías

Hasta pronto.

santosemili@gmail.com

La autora reside en Santo Domingo

Es educadora, periodista, abogada y locutora.

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