Hemos estado padeciendo de una gran sequía, no sólo la República Dominicana, también en parte del planeta. La situación se atribuye a los cambios climáticos, atribuidos a los excesos cometidos por los humanos en la Tierra.
Estamos llegando al punto de considerar la posibilidad de que el suministro de agua sea una complicación, bien porque sea escasa o porque se encarezca. Cualquiera de las dos situaciones nos pone en aprietos.
Pero tal vez nos hemos acostumbrado mucho a vivir en los apuros. Cuando no tenemos sequía, entonces tenemos la amenaza de una tormenta, una vaguada o un huracán.
Ahora nos preparamos por el posible paso sobre la geografía nacional del primer fenómeno de la temporada ciclónica. “Danny” se ha convertido en un ciclón categoría uno y pudiera ponernos en apuros.
El Gobierno ha convocado a sus organismos para activar todas las alertas, con la exhortación del presidente Danilo Medina Sánchez de que la prioridad es salvar vidas. Se han considerado las escuelas como posibles refugios de las personas que viven en zonas vulnerables.
Necesitamos las lluvias, pero el huracán puede ponernos en otros apuros.
