EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El periodista y experto en temas fronterizos Vargavila Riverón sostuvo que la posibilidad de celebrar un proceso electoral para elegir nuevas autoridades en Haití se aleja cada día más porque su crisis socioeconómica se ha tornado peor, y ni siquiera se ha establecido a ciencia cierta quiénes fueron los asesinos intelectuales del presidente Jovenel Moïse.
“Todavía no hay informes fiables en torno a las investigaciones, y ahora con la situación de Haití, que cada vez se agrava más, quizás esto se pone más lejos. Se planteó la celebración de las elecciones para ver si a raíz de esto se podía ir saliendo de esa crisis, de esa situación convulsa, pero cada día es peor”, manifestó.
Riverón emitió sus comentarios durante una entrevista realizada por Joan Leyba y Wascar Casado, en el programa “Encuentro del Sábado”, que se transmite en la plataforma digital El Nuevo Diario TV.
(Ver entrevista a partir del minuto 27:21).
En tal sentido, dijo que tres meses después de la muerte del mandatario la situación en la República de Haití está aún más crítica, donde cerca de 11 millones de haitianos estarían atravesando una fuerte crisis de desabastecimiento.
Asimismo, señaló que varios suburbios del país vecino se han convertido en zonas donde ni siquiera entran los policías, quienes estarían siendo atacados a diario por pandillas fuertemente armadas.
Misioneros secuestrados
Riverón sostuvo que tras la amenaza que hizo el jefe de la pandilla haitiana conocida como «400 Mawozo», de matar a los misioneros estadounidenses que secuestraron, sino reciben del Gobierno de los Estados Unidos la suma de 17 millones de dólares, Haití estaría a las puertas de una intervención militar extranjera.
“El desafío que han hecho estas personas (los pandilleros) es altamente peligroso, y sería la copa que derramó el vaso”, agregó.
También descartó la posibilidad de que el país norteamericano acceda a pagar los 17 millones de dólares a la banda haitiana, al tiempo en que sostuvo que por el poderío militar y armamentista que tiene Estados Unidos, intervenir por aire, mar y tierra a Haití sería como “degustar un dulce”.
