EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- En Higüey, numerosas personas siguen llorando con sentido dolor la muerte de Amable Aristy Castro, quien sobresalió como gran caudillo de esa localidad, de la que fue munícipe distinguido y a la que representó repetidas veces como senador de la República.
Los asistentes al velatorio, que se realizó en la misma residencia de Amable antes de ser trasladado a la Basílica de Higüey, coincidieron en destacar las virtudes de generosidad y amabilidad del cacique político.
El señor Frank Contreras dijo que «nosotros perdimos un líder de nuestra provincia», que era «títiri mundati» porque ayudaba a cualquiera y resolvía problemas sin importar banderías políticas ni credo religioso.
Otro agradecido es Miguel Ángel Martínez, quien expresa que le debe su salud y su vida a Amable, quien le costeó el tratamiento y lo ayudó a recuperarse de un accidente que lo dejó grave.
El político fallecido era tan desprendido y sensible, que hasta sus mismos adversarios reconocen su generosidad y entrega popular.
Para la señora Rígida, que trabajó con él, Amable es algo más sublime y elevado: «El padre de todos los higüeyanos».
Este hombre, querido y llorado, falleció el domingo a los 73 años, tras sufrir un infarto demoledor que dejó atrás muchos años de servicio social y político.
Amable fue diputado, presidente del Senado, candidato presidencial, jefe de la Liga Municipal, líder del Partido Liberal Reformista. Pero sobre todo, fue un hombre generoso y entregado a su gran pueblo de Higüey, que hoy lo venera y lo llora con hondo pesar.