EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- El embajador dominicano ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Andrés L. Mateo, aseguró este martes que Haití representa “un problema real para la República Dominicana” y una de las dificultades principales sería que no hay interlocutores haitianos válidos con quien discutir.
“Nosotros creemos que lo que vale en Haití en estos momento es un espacio orgánico de consolidación del aparato político e institucional de esa nación, que existan interlocutores válidos, que los capitalistas haitianos inviertan en Haití, no en Canadá o en Francia o en la República Dominicana, la mayor parte de la riqueza haitiana está en el exterior”, expresó.
Mateo fue entrevistado por los comunicadores Enrique Mota, Glenn Davis Felipe y Aneudy Ramírez, en el programa “El Nuevo Diario AM”, transmitido por la plataforma digital El Nuevo Diario TV, previo a sostener un breve conversatorio e intercambio de ideas con Persio Maldonado Sánchez, director del periódico.
(Ver entrevista a partir del minuto 32:14).
“Uno puede decir lo que quiera de la República Dominicana, pero aquí hay una enorme cantidad de capitalistas, de poseedores de fortuna que apuestan al destino de su propio país, entonces en Haití no existen”, señaló.
Sostuvo que las características de la actual situación haitiana tienen relación con su proceso histórico de conformación de ese pueblo, el cual habría hecho que su aparato institucional no funcione y el universo de la política haitiana gire alrededor de una particularidad esencial.
El escritor manifestó que a la República Dominicana le toca ser solidaria con Haití, y lo ha venido siendo en distintas oportunidades, pero los haitianos deben resolver el problema institucional que tendrían, porque hasta entonces no habría con quién discutir en el vecino país.
Cultura
En otro orden, Mateo manifestó que el mundo cambió de una manera dramática e irreversible y quien no tenga la capacidad de adaptarse a las nuevas modalidades de circulación de la cultura y de formas de asimilación de los procesos culturales se va a quedar fuera del juego.
“Hay mucho esfuerzo de incorporación a esas realidades, pero cada vez es un poco más complejo entender que vivimos una revolución. En el mundo de hoy hay una revolución silente, diferente a la revolución de los bolcheviques de 1917, la guerra es diferente, los medios de comunicación son diferentes, todo es diferente”, expresó.

Sobre el entendido de que las expresiones culturales y los medios de comunicación han cambiado y que se hace necesaria la capacidad de adaptación, el poeta dominicano destacó que la UNESCO es un centro neurálgico del mundo en donde se discuten grandes ideas y se ponen en circulación.
También, resaltó que en la UNESCO hablan de ciencia abierta y han hecho un trabajo de producción de metodología para que países pobres puedan hacer ciencia, y así desmitificar que esto es solo un atributo de las naciones más desarrolladas.
“La pandemia dejó una lección que nosotros pensamos en la UNESCO que debe ser imperecedera para los países que se plantean un proceso de desarrollo y es que los países que no hacen ciencia en circunstancias y en situaciones tan extremas como lo de la pandemia no van a poder responder en beneficio de su propia población”, añadió.





