EL NUEVO DIARIO, SANTO DOMINGO.- Si el expresidente Leonel Fernández alcanza el segundo lugar en las presidenciales del 2024, una «muchedumbre» de peledeístas se volcarían a respaldarlo porque quieren volver al poder, pero no sucedería lo mismo si el que queda en esa posición fuera el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Esa es la percepción de Julio César Valentín, expresada a quince meses del torneo presidencial, en su condición de exlegislador peledeísta y creador de su propia Justicia Social.
Su criterio es que la figura de Leonel raja en dos mitades al PLD, y por esto la Fuerza del Pueblo lo pensaría muy bien antes de respaldar a Abel en un eventual balotaje; lo contrario ocurriría si es Leonel el que pasa a segunda ronda. Al exgobernante le resultaría más fácil seducir a sus antiguos camaradas. Para Abel sería cuesta arriba.
En uno u otro caso, Valentín observa que ahora mismo el presidente Abinader «encabeza las preferencias electorales», mientras que el segundo puesto se lo disputan Leonel y Abel.
También, entrevistado en El Nuevo Diario, reconoce que hay tres grandes fuerzas en el escenario político nacional: el oficialista PRM, el PLD y la Fuerza del Pueblo. Estas instituciones políticas, junto a otras agrupaciones, forman un sistema de partidos estable, aunque no descarta que este imperio político-electoral pudiera sufrir crisis y embates.
El excongresista, artífice y líder supremo de la Justicia Social, partido con sabor liberal, apreció la fortaleza de ese partidismo sólido: no le ve mayores problemas que las propias necesidades de la gente, algo clásico en todo país latinoamericano.
Por ello, y anclado en su largo trajinar político y académico (es un teórico bien forrado), Valentín no quiere actuar como fanático sino como hombre sensato, con los pies en la tierra y el corazón en el pueblo.
No cree «en alianzas oportunistas» sino «en alianzas programáticas»: si quisiera, podría buscar un decreto y convertirse en canciller de la República; pero su designio es otro: dialogar, construir una sólida coalición de fuerzas progresistas y liberales, para forjar un verdadero proyecto de nación. Él sabe que la democracia está en peligro, amenazada por enfermedades ideológicas.
Lo que viene
El entrevistado calibra su perspectiva de las próximas municipales: pudieran ser una anticipación de mayo. Sin embargo, no se atreve a proyectar triunfos ni derrotas electorales: es muy temprano aún, y los gobiernos en ejercicio son duros de vencer porque tienen los resortes del poder.
Tres citas condensan su visión: «El pronóstico es difícil». «La lucha por el poder es brutal». «Yo no soy un fanático y, aunque tengo militancia y criterio propio, diferencias claras, no quiero actuar como un fanático sino como una persona sensata».
Sobre ruedas
Este hombre ultraliberal apunta que su Justicia Social va sobre ruedas, labrando un camino luminoso y resplandeciente, recibiendo con frecuencia a muchos dirigentes del PLD, un partido desangrado que está estallando en mil pedazos.
Él, Valentín, deja claro que no estimula ese éxodo masivo de dirigentes y que en el PLD no tiene enemigos: allí, en el viejo partido, dejó una legión de amistades y camaradas, a los que recuerda con dulzura y cierta emoción.
La Justicia Social ya tiene 15 alcaldes y directores, 40 regidores y vocales.
