Por fin llegaron las primeras vacunas contra la covid-19 y el inicio de la vacunación no se hizo esperar, ya que empezó a penas unas horas después de su llegada. Eso nos dice que el gobierno tenía claro cómo y por dónde debía empezar la vacunación.
La llegada de las primeras vacunas y el inicio de la vacunación coincide con un descenso significativo en el contagio de la covid-19, y esto tiende a crear una atmósfera diferente a la que teníamos hace apenas un mes cuando el contagio estaba alto y en ascenso, y no se tenía idea de cuando llegarían las primeras vacunas.
El contagio de la covid-19 no está bajito porque anda por alrededor del 15% y los muertos superan una decena todos los días, por tanto no es para que nos relajemos y creamos que estamos seguros porque se empezó a vacunar.
La percepción que se observa es que el problema del covid-19 ya se está resolviendo porque llegaron 50 mil dosis de vacuna que no dan ni para una pasada, cuando la realidad es que el contagio está alto y los muertos son muchos todos los días.
No cabe dudas de que estamos ante el comienzo del fin de la pandemia, ya que cada vez que se vacuna a una persona es uno menos al que el virus ya no le podrá quitar la vida como lo ha estado haciendo desde que se presentó el primer caso en China.
Digamos que la situación es de transición, de un escenario donde el virus que produce la covid-19 se movía sin obstáculos, a otro escenario donde empieza a encontrar obstáculos en aquellas personas que están vacunadas.
Pero los vacunados aún no llegan a 10 mil que sería el 0.01% de la población dominicana, es decir que todavía la vacunación no tiene ninguna influencia significativa en la reducción del contagio, por lo que el mantenimiento de las medidas preventivas sigue siendo aún la mejor vacuna.
Nos quedan unos largos meses durante los cuales el peligro del contagio del SARS-COV-2 seguirá siendo inminente y muy probable de ocurrir en una población donde la tasa de positividad está por encima del 10%.
Creo que estaremos más o menos seguros cuando la vacunación supere el 60% de la población y la tasa de positividad esté por debajo del 5%, lo cual no ocurrirá al doblar la esquina, ya que los países ricos ahora están en el proceso de acopio y acumulación de vacunas, razón por la cual a los países pobres solo les tirarán tripitas para que sobrevivan.
Debemos mantener y fortalecer la prevención en vez de reducirla y al mismo tiempo estar prestos y listos para ponernos la vacuna tan pronto como nos ofrezcan la oportunidad de hacerlo.
Por Ing. José Pérez Méndez.