ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
26 de diciembre 2025
logo
OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

¿Unificar las elecciones?

COMPARTIR:

Uno de los argumentos evidentemente políticos que se ha querido utilizar para reforzar el tema de la reforma constitucional, toca el proceso electoral. Se argumenta un tema sistémico no explicativo, que no deja de ser una verdad, que al parecer no interesa develar, pero que se utiliza para dar fuerza al interés de modificar la constitución de la república.

Al parecer se replica el mismo escenario de las elecciones del 2020, intento de reforma constitucional saboteada por marcha verde y la oposición y el fracaso indiscutible del voto automatizado. Solo faltaría algún virus que ponga en peligro la salud de la población total. O algo que provoque consecutivos estados de excepción.

Cuando el presidente se refiere a la re-unificación de las elecciones presidenciales, municipales y congresuales en un mismo día, hace alusión en la prensa nacional, de que el sistema electoral no funciona.

Y es claro que las elecciones en nuestro país están manipuladas, denunciadas, aunque aceptadas por las garantías de las promesas, el financiamiento con el dinero sucio y la compra de conciencias, el populismo, clientelismo y la sobrevivencia de toda una partidocracia que hace lo mismo, por lo que esta permeada y guiada por los instintos de sobrevivencia y de una cultura tramposa.

Si vemos el tema desde el punto de vista económico, es evidente, que los esfuerzos de dos campañas electorales y en adición, la siempre vigente segunda vuelta electoral, para el caso de las elecciones presidenciales, encarece el proceso. Además de que no existe una real necesidad objetiva, práctica y plausible de tantas campañas y fechas electorales.

Sin embargo, la falta de credibilidad creciente y profunda de los dominicanos hacia los políticos es tal, que de no ser por la conveniencia personal coyuntural, la abstención electoral superaría el 60%.

Pero creemos que en el fondo, lo que se está buscando con esta propuesta de cambio, para unificar las elecciones, es agradar mas el problema vigente, hacer mucho más complejo el proceso mismo y con ello intentar justificar u obligar, a utilizar el voto automatizado como solución diáfana, transparente y confiable. Cosa que no se corresponde con la verdad y experiencias vividas ni en dominicana ni recientemente en la cuna universal y reserva de la UNESCO del voto automatizado de Venezuela.

En principio va quedando claro, que la simple decisión dejando los métodos y procesos tal cual están, implicará mucho más trabajo, mucho más involucramiento de personas y también una tendencia creciente de mas irregularidades, pudiendo volverse incontrolable la gestión electoral para las elecciones del 2028.

La clave fundamental para un proceso electoral confiable totalmente, es que Jamás se pueda decir: que acta mata voto.

El voto representa la voluntad libérrima del elector, el ejercicio de un derecho fundamental, que jamás debió ser sustituido por una puerta abierta a las componendas en las mesas electorales entre delegados corruptos, la sustitución del voto por un acta firmada por los integrantes de esos colegios electorales.

La cultura nuestra tiene hasta los huesos la firme creencia de que acta mata voto y que por eso, las elecciones de ganan en las mesas electorales. Si esta cultura y prácticas siguen iguales, entonces no tenemos realmente democracia.

Imagínese si a esto le agregamos que el dueño de una curul no es el ganador ni quien quedo en segundo lugar, sino el partido político y que el método mafioso D’Hont se sigue usando desvirtuando la voluntad popular, de que democracia podríamos estamos hablando.

Seguramente con esto he puesto el dedo en la llaga y se dirá, eso mismo es lo que justifica el voto automatizado. Pero mientras papeleta mato a menudo y al saber le digan chepa en dominicana, nadie cree en nadie, y los votos deben contarse, las urnas deben mantenerse como cadena de custodia, y el delito electoral debe castigarse como diría un ex funcionario hoy famoso: caiga quien caiga.

La garantía del voto automatizado no la da el recibo del voto impreso en cada máquina y su cotejo contra el acta final que la misma máquina da. ¿Porque no?, pues siempre habrá coincidencia entre todo lo que haga la maquina.

Aquí el problema hay que buscarlo en la programación fuente y en la compilación de resultados, el envió de datos digitales, y la elaboración de boletines. Es más, la desconfianza entre los actores mismos es tan grande y tienen la certeza sin duda alguna de que el otro también hará trampas, que el mismo proceso es festinado, antes, durante y después de cada proceso electoral.

Es por esta razón, que sería un contra sentido decir que el sistema no funciona y entonces hacerlo todo más complejo y trabajoso unificando todas las elecciones en un mismo día, aunque pudiera pensarse, que tal vez de lo que se trate sea de dedicar un par de minutos más al momento de rayar y doblar mas boletas electorales (en el voto manual) que estaría ejerciendo cada elector.

Acabamos de ver la experiencia que ha tenido Venezuela con su proceso electoral y aunque pasa de un mes el proceso, está aún pendiente de definiciones o de acuerdos entre los actores.

Y aunque se ha anunciado al mundo con bombos y platillos que Venezuela goza del sistema electoral más seguro y transparente, no menos cierto es que usamos en febrero del 2020 ese mismo sistema, y tuvimos el gran sabotaje y fiasco electoral, que impuso la suspensión y nueva celebración de las elecciones municipales y posterior prohibición de usar el sistema automatizado para esos fines.

Fuera del impacto económico que se tiene con celebrar varias campañas electorales, cuando pudiera solo tenerse una, esa sería tan agresiva que involucraría a todo el país al mismo tiempo, pues en todos los municipios se estarían realizando campañas por los aspirantes de síndicos, regidores, en adición a los diputados, senadores y a la presidencia de la república.

El costo político de esta medida, podría traer más confrontaciones, ya que todo el territorio nacional estaría inmerso en una gran campaña electoral, y a esto se le suman las pasiones de siempre y un sistema electoral en el que ha costado mucha fe ciega, para pensar en su confiabilidad.

Cabe entonces pensar, que un objetivo no declarado con esta parte de la reforma propuesta, debe ser la vuelta al uso del sistema automatizado de votación, y desde ya debemos recordar, que cuando automatizamos el error, llegamos mucho más rápido al lugar incorrecto.

Se puede programar para el bien y para el mal, para lo correcto y para lo incorrecto. Se pueden establecer por programación y ajustable por instrucciones del usuario autorizado, sub rutinas que pueden desviar resultados y maquillar cifras de manera cuasi perfecta, e incluso borrar rastros de auditoría en el mismo sistema.

Y ahora con el avance de la Inteligencia Artificial, las limitaciones a la inventiva no existen, la maldad del hombre se ha robustecido, por lo que pretender volver al voto automatizado podría no ser aceptado por los partidos políticos del sistema, aunque seguramente se podrá imponer con un congreso nacional que ahora posee un gigantesco sello gomígrafo, además de las amenazas de sanciones que el partido de gobierno ha anunciado oficiosamente, si los legisladores del partido no apoyan las reformas.

Fuera de esto totalmente a sistémico, ese argumento de que el sistema no funciona, luce ser una forma de manipular las conciencias y nueva vez, alzarnos con el santo y la limosna en el próximo certamen electoral.

Por Julián Padilla

Comenta