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30 de diciembre 2025
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OpiniónNelson J MedinaNelson J Medina

Una propuesta a la situación de Haití

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Siendo presidente electo de República Dominicana, el licenciado Luis Abinader, manifestó sobre Haití lo siguiente: “Nosotros no podemos cargar con Haití, nosotros también somos un país con demasiados problemas como para encargarnos de otro país que es el más pobre del hemisferio occidental”. Efectivamente, es innecesario ser experto enpolítica internacional para pensar que un Estado en vía de desarrollo se dé la titánica tarea de responsabilizarse de otro.Y mucho menos en las circunstancias actuales.

Sin duda, La República de Haití como Estado, fracasó. Esto se debe principalmente, a la visión de corto plazo e individualismo de su clase política que no realiza esfuerzos significativos para luchar por un progreso colectivo. Como producto de eso, carece de institucionalidad y certidumbre jurídica.

Otros más ingenuos, culpan por el agravamiento de ese Estado, a la Misión para la Estabilización de las Naciones Unidas en Haití, por no haber optimizado sus recursos en fortificar y crear instituciones funcionales.

En el último informe sobre Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en 2019, se sitúa al país vecino en el puesto número 169 de 189, con una calificación de “muy bajo”. Siendo así el menos favorecido del continente americano. Del mismo modo hacecuatro años atrás, en el 2016, se colocaba Haití dentro de la posición número 163. Lo que sencillamente demuestra una involución en cuanto a tales estimaciones.

Una parte de la élite política en Haití sigue aspirando a la unificación de la isla. Por el contrario, también existe una poderosa clase empresarial, para la cual es mucho más beneficioso la continuación del estado actual. Es por eso, que este último elabora maniobras que posibiliten colocar su propia élite política en las posiciones de poder. A fin de proteger sus intereses individuales a expensas de ese puebloque tanto ha sufrido.

Ciertamente, en el panorama internacional incluso, ha pululado la quimera de fusionar la isla. Pero, se obvian dos importantes aspectos. Primero que la República Dominicanaes un país totalmente independiente, con una cultura distintaa la de Haití, como lo describió el doctor Joaquín Balaguer, en su obra La Isla Al revés; y con una consciencia histórica despierta.

Segundo, el Estado dominicano aún cuenta con enormes desafíos. Como consecuencia, ni siquiera cumplió eficazmente todos los Objetivos de Desarrollo del Mileniode las Naciones Unidas (2000-2015). Por tanto, quedaría descartada completamente la ilusión de que un Estado en vía de desarrollo cargue con otro más atrasado. Puesto que, le imposibilitaría avanzar en sus propósitos internos.

Ahora bien, no todo está perdido. Siempre que exista una voluntad sincera de aportar y resolver las situaciones de los menos aventajados, ahí se encontrarán soluciones. Esto quedó comprobado luego del terremoto de 2010. DondeEstados Unidos, Canadá, Arabia Saudita y España (en pleno momento de recesión económica global) fueron los países más generosos cooperando con cuantiosas donaciones económicas.

Asimismo, para evitar incurrir en los funestos desplazamientos que tanto afectan a la población, sería altamente conveniente buscar un abanico de alternativas que provean un desarrollo integral a ese país.

En tal sentido, los problemas haitianos pueden salvarse siaquellos países que tienen ese poderío económico y financiero a nivel mundial son quienes verdaderamente se solidarizan y responsabilizan de Haití por un mínimo treinta años. Estableciendo así un orden cronológico de las necesidades inmediatas a redimir, como por ejemplo: la salud, la educación, la institucionalidad, el acceso al agua potable, el desarrollo sostenible, entre otros. De manera que, podría ser esa una opción viable.

Finalmente, que todos colaboremos con estructurar unprograma de protectorado, conjuntamente con aquella potencia que sea capaz de asumir tan noble sacrificio,serviría grandemente como solución definitiva para la situación haitiana. Esto por supuesto, teniendo como imprescindible la sentencia hecha por el hoy presidente de la República Dominicana.

Sería esa una causa en la que honestamente me involucraría.

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