El proceso de formación siempre ha estado frente al reto de mejorar la calidad del aprendizaje y de los métodos y estrategias de enseñanza.
El aprendizaje organizacional ha sido prácticamente obligatorio para asegurar la competitividad y la adopción de las mejores prácticas en el mundo empresarial. No todas las iniciativas pueden catalogarse de pioneras, por lo que la imitación y la mejora de lo imitado agregando algunas aplicaciones o variaciones, ha sido la norma.
El proceso de desarrollo de nuevos productos evidentemente que ha sido impulsado para lograr mayor velocidad, calidad y menor costo. Los avances tecnológicos y mejorar la capacidad de respuesta se suman a este requerimiento competitivo, ya que la pérdida o aprovechamiento de oportunidades implican el poder estar listo en el momento y lugar adecuados.
A pesar de los tiempos y los avances tecnológicos los principios administrativos que se iniciaron con las primeras escuelas de gestión se habían mantenido en el tiempo. Sin embargo, con la inventiva e impacto de la inteligencia artificial, al parecer tienden a redefinirse o ser sustituidos estos paradigmas que por décadas recordaban al buen líder o gerente empresarial profesional, que debería considerarlos en su toma de decisiones.
Los ambientes laborales, la profesionalización de los servicios, el desarrollo de competencias y habilidades de gestión, directivas, empresariales, de emprendimiento, de manejo de proyectos y otros requerimientos más, han sido temas de vanguardia. La responsabilidad social, el gobierno corporativo, la necesidad de contar con un equipo de trabajo comprometido, retado, dignamente valorado y el construir organizaciones donde la gente se siente a gusto para trabajar, todo esto está amenazado.
Luce ser que las lealtades construidas entre la alta gerencia y sus equipos de trabajo se ven seriamente retadas y podrían hasta desaparecer. La gestión del cambio y la dignidad en el trato del personal, también luce descomponerse si “la tormenta de las Sophias” impacta en la masa crítica de los procesos y la nómina empresarial e institucional.
Por esto creemos que una nueva escuela administrativa surgirá y muchos paradigmas conocidos perderán parte o toda su aplicación y las escuelas de negocios tendrán que redefinirse para atender estas nuevas realidades.
La nueva locura (avance) de la humanidad con lo que se quiere obligar e instituir como panacea universal, aún no manifiesta sus propósitos reales o todas sus aristas. La inteligencia artificial, emerge entonces, como una ola, que intenta arrasar con todo lo existente, esto incluye a profesiones y oficios de larga data, que se anuncian podrían ser sustituidos por robots.
Aunque todo esto podría ser parte de una estrategia de manipulación de las masas, para suavizar la curva del cambio en el momento de verdad y hasta para revalorizar a la baja los puestos de trabajo. Por eso preferimos apegarnos al criterio de la productividad, que casi siempre es el que norma las conductas empresariales y tomamos el tema como un hecho que traería grandes reingenierías en el campo empresarial y en la sociedad como un todo.
Sin embargo, esa caja negra que es el computador, por más avances que se logren en el tiempo, nunca podrá derrotar su paradigma básico: ENTRADA-PROCESO-SALIDA: CONVERSIÓN DE DATA EN INFORMACIÓN.
Es decir, entrada de datos, procesamiento interno de datos para la creación de información útil, oportuna y objetiva y la salida de resultados que son los productos y sub-productos del proceso y los sub procesos e información que echan a andar el computador.
Ese procesamiento interno tiene que ver con los sistemas operativos, programas, las aplicaciones, los objetivos y todo esto es pre desarrollado, afinado, parametrizado, automatizado, asegurado, aunque todos conocemos los parches que la mayoría sistemas operativos y aplicaciones hartamente conocidos y difundidos mundialmente han tenido y requerido. Las actualizaciones a todos estos sistemas y procesos se corren a diario en millones de computadores alrededor del mundo.
Los avances en la informática han sido significativos. En este momento escribo estas líneas usando un teclado inalámbrico, conectado a un receptor de la señal del mouse y el teclado al computador, que a su vez está conectado de forma inalámbrica a un televisor. Y utilizo un sistema operativo de Windows y una aplicación de texto de office. Algo totalmente típico y nada novedoso. Pero créanme que llegar hasta aquí costo muchos esfuerzos, trabajos, errores, detección de errores, correcciones, actualizaciones y mil cosas más.
¿Se imaginan lo que puede y va a ocurrir con la inteligencia artificial?
Los errores vendrán, los parches vendrán, las actualizaciones vendrán, alguna gente se sentirá engañada, defraudada y sobre todo se habrán tomado decisiones mundiales en el campo laboral, que habrán afectado a millones de personas alrededor del mundo, por algo sencillamente vendido como panacea, pero jamás capaz de sustituir al cerebro y las competencias humanas. Es que una junta de accionistas o un consejo de directores o un gabinete presidencial, jamás podría ser orquestado por robots.
Si usted retira el computador, por pequeño o extraño que parezca de las demás partes de un robot, no queda nada, solo chatarras. Por eso igual que cualquier ordenador, esa chatarra con IA no puede ser otra cosa más que un asistente, como lo es en la actualidad el computador ampliamente conocido.
Por eso las aplicaciones que se han logrado desarrollar, la acumulación de información que se haya logrado tener en magníficos computadores centrales, a los cuales tendrían necesariamente acceso estas aplicaciones y/o robots, esos ordenadores o la nube, serian un recipiente de mandantes que procurarían, acumularían y surtirían informaciones.
Informaciones que podrían ser concluyentes, pre procesadas, correctas, exactas, prejuiciadas, trasparentes, oscuras, reales, manipuladas, o de libre crecimiento. Un libre crecimiento peligroso, pues necesariamente lo haría siguiendo parámetros diseñados por programadores y sus paradigmas personales o pagos y jamás por el discernimiento del espíritu que solo el ser humano puede tener y aplicar.
La autonomía que se dice que tiene o que tendría la inteligencia artificial en estos aparatos, es lo que se ha vendido como El Lobo, el cuco, la realidad a temer. Pues es la que podría ir contra el mismo ser humano que le creo. Y es lo más probable, pues ante la imposibilidad del discernimiento espiritual, lo más lógico sería plantearse todo lo pragmático, sin advertir los peligros y repercusiones que se amplifican por el eco sistema de forma inevitable.
Las simulaciones ayudan en el tiempo de las programaciones y pruebas, pero la creatividad, reactividad, pro actividad, inventiva y emociones humanas difícilmente puedan empaquetarse en una aplicación por noble que sea.
Por otro lado, la amenaza de desplazamiento de personas luce ser un gran problema, porque ahora los robots, “las aplicaciones de inteligencia artificial se encargarían de todo” y la humanidad prácticamente ya tendría poco que hacer, bueno respirar y pastar como las vacas mientras envejecen, esta sería su principal tarea.
Si aplicamos el principio de paretto el 80% de los puestos de trabajo serían sustituidos por la productividad que se lograría con un 20% de robots. Lo que podría implicar que pocas personas estarían en el ambiente laboral. ¿Pero esto parece una locura verdad?.
Se anuncian las maravillas y pocos peligros de la inteligencia artificial, es lo que conviene al marketing, aunque se desconoce en el fondo, la mente que podría estar detrás de todo esto en todas partes del planeta. Normas y leyes se quieren promover, para crear un traje hecho a la medida y dar cabida a los nuevos actores y proteger las inversiones, que el ser humano evidentemente destruirá cuando la amenaza sea irresistible. Nadie comete suicidio intelectual.
Pero parece que hay que estar a la moda o tal vez sumarse al movimiento globalista, que necesariamente tiene que estar detrás de todo esto. Pero se necesitan leyes, porque hay que proteger al robot por encima del ser humano, quien será quien le destruirá, pues la inteligencia artificial podría aspirar desplazar la raza humana de un derecho fundamental: el derecho al trabajo.
¿El trabajo dignificará al hombre o al robot? Seguro los legisladores pagos por lobistas fuertes, intentarán leyes para dignificar el trabajo de los robots. Porque eso somos, más que legisladores que representan al pueblo, unos monstruos sicópatas integrados. Nada nuevo seria esta actitud en nuestra querida República Dominicana.
Desde hace un tiempo tengo un robot para practicar pin pon, y créanme tiene un cerebro (un pequeño computador), que viene con una serie de prácticas deportivas programadas y también permite realizar tus propias programaciones. Y cuando me canso, pues este no se cansa de repetir los tiros, entonces lo desconecto y le digo: respéteme que yo fui que lo compré. Un chiste verdad. Bueno, pues sería lo mismo con la inteligencia artificial.
Cuando el hombre vea que estas máquinas le roban o amenazan su sustento o amenazan su paz, los desactivarán primero y los destruirán un poco más tarde.
Habrá una reacción en cadena en todo el planeta y se consagrará el día mundial de la destrucción robótica y de lo anti humano.
Habrá una nueva versión del Arte de la Guerra de Sun Tzu, esta vez no para ganar el corazón del enemigo que es humano, sino para destruir totalmente cualquier vestigio de esta maniobra estratégica y que atenta contra la raza humana.
En el beisbol y en el tenis hay lanza-pelotas. Y muchas otras áreas se han desarrollado máquinas, equipos, donde la robótica ha hecho sus importantes y significativos aportes. Hoy vi un video espectacular un robot en una jugada impresionante de tenis de mesa, el robot a la defensiva le gana el punto a un jugador de gran talla, y créanme que los movimientos en tenis de mesa deben ser súper rápido, inteligentes y eficientes.
En la medicina hay robótica desde hace un buen tiempo, por ejemplo, pero eso no sustituye al médico. El robot se convierte entonces en un auxiliar para el médico. En las cadenas de montaje en la manufactura hace años que se tiene robótica. El impacto significativo de esta nueva ola es desarrollar aparatos capaces de sustituir al ser humano en actividades en un principio intelectuales y que requieren razonamiento para la solución de problemas. Y esto impacta casi todas las profesiones existentes y a todos los procesos empresariales y académicos.
Sin embargo, en el caso de la inteligencia artificial la expectativa es tan grande, que se ha planteado un brutal desplazamiento de puestos de trabajo, sustituyendo personas por robótica, incluso en las oficinas y personal de atención al cliente.
El reto podría ser tan grande, que incluso las competencias y perfiles del personal que resulte sobreviviente de las reingenierías inevitables, tendrían que ajustarse para dar cabida a los nuevos paladines de la productividad, los Sophias del siglo XXI.
Un nuevo mundo empresarial y una nueva escuela administrativa emergen necesariamente para dar respuesta a estas nuevas realidades que redefinirán el curso de la historia de la humanidad.
Una nueva cultura y mundo empresarial tendría necesariamente que surgir y de nada habrán servido los avances en materia de personal y ambiente laboral. Coexistir con máquinas que por la cultura nuestra tendrían los mismos derechos que los humanos, pues son tan productivos o más, será el reto de la historia.
Los principios administrativos quedaran retados y muchos de ellos obsoletos y nacerá: Una Nueva Escuela Administrativa con todas las implicaciones que esto conlleva. Nuevos procesos, nuevos principios administrativos, nuevas políticas empresariales y nuevo ambiente laboral.
Los sistemas de recursos humanos quedarán hechos tierra, las políticas administrativas y de personal tendrán que repensarse, los sistemas de compensación y de aseguramiento de la calidad también. Nuevas normas ISO surgirán. La seguridad social será un hibrido junto al código de trabajo y una nueva ley para regular el trabajo tanto público como privado.
No cabe la menor duda de que los paradigmas de competitividad y la rentabilidad norman la mente empresarial, la cual ira de la mano en la búsqueda de esta productividad, pues implicaría más creación de riquezas, menos paradas, en teoría menos errores, menos ausentismos, menos descansos, cero necesidad de ir al baño o de requerir tiempo para comer, o ir al médico, no será necesario el seguro médico, los planes de pensiones, los riesgos laborales serian mixtos y mínimos, las nóminas se reducirían, habría menos impuestos a retener, menos burocracia contable y administrativa, pero más gente gorda y enferma de no hacer nada, o tal vez pululando en las plazas mirando las nuevas modas y los nuevos modelos de robots.
La academia también se afectará, comenzaremos a ver aulas presenciales con estas máquinas recibiendo a los alumnos y realizando presentaciones y dando instrucciones.
La dirección política de los partidos tendrá un par de robots en la secretaría general y la vocería. Habrá robots candidatos al congreso nacional y las comisiones tanto de senadores y diputados serán conformados de forma hibrida. Como habrá robots con rasgos femeninos tendremos también la cuota robótica de la mujer. Pues la demagogia debe continuar a pesar de la inteligencia artificial.
En la cámara de cuentas y la junta central electoral los plenos estarían compuestos por Sophias y todas aprenderán a decir a coro: Excúseme de nuevo, por un poco de lealtad política.
Los comités de compra y de ética de las instituciones del gobierno estarían compuestos por Sophias en Falda Corta por si acaso algún funcionario se anima. A propósito, quien le tire un piropo a una Sophia tendría un castigo especial en nuestro código penal y se invertirá el fardo de la prueba, eso hay que incluirlo ahora en estas discusiones del nuevo código. Y en el código laboral hay que dar carta blanca a todas las Sophias para protegerle su hora de entrada, salida y de ir a maquillarse al baño. De repente surge un sindicato de robots anónimos dispuestos a superarse y tendríamos una nueva marca país, que nos permitiría a montar el Primer Foro Mundial de Sophias Integradas.
Aún queda un eslabón perdido en el mundo académico y son las evaluaciones presenciales y orales. Ahí no valen los paradigmas de Sophia. Si usted no aprendió, no va a poder explicarlo o decirlo al momento de la evaluación. A no ser que ya quienes asistan a la escuela y las universidades no sean seres humanos sino robots a recibir educación y entrenamiento. No sería nada extraño, llegarían en drones, se parquearían en los techos y bajarían flotando hasta el piso. Ya no habrá crisis por escases de gas, petróleo y sus derivados, ni tapones en las horas pico.
Pero siendo más serios, el ciclo de la moda de Sophia irá buscando su norma y podría pasar a la historia como un invento más, con una destrucción creativa menos agresiva.
La destrucción de robots tipo Sophia y todo lo que se parezca a IA y que atente contra la raza humana, será totalmente considerada como un nuevo derecho humano en la corte de la Haya. Se instituirá el día de la humanidad a nivel mundial y ese día será destruida al unísono Sophia y sus clones y amantes, será el día mundial de la destrucción de lo Anti Humano.
Ese día, huirán despavoridos los personajes que promueven la eugenesia y que conspiran contra la humanidad. Quedarán entre dicho y sin autoridad las principales entidades supranacionales que intentan imponer criterios devastadores para la raza humana. Nacerá una nueva ONU con una autentica empatía por las poblaciones que habitan en las naciones y su verdadera representatividad.
Por Julián Padilla
