«Hay un solo niño bello en el mundo y cada madre lo tiene», José Martí. Yo diría «Hay una sola madre maravillosa en el mundo y cada hijo la tiene».
Que bueno que el mundo optó por dedicar un día a las Madres. Para honrar de manera especial a esas madres que han parido y también a las que han criado…todas esas mujeres que con diligencia han participado en formarnos y cuidarnos para que seamos hoy quienes somos. Madres biológicas, sociales… profesoras, madrastras, madrinas, suegras, tías y comadres, hermanas y primas mayores …por mencionar sólo algunas.
Una Madre como la mía… ninguna. Eso pienso yo al recordar a mamá con su bella sonrisa y sus pícaros ojos azul ensueño. Aún rememoramos su sabiduría, prudencia y dulzura al corregirnos y guiar a su «tribu» de 9…jajá, y al vecindario entero.
Sus consejos siguen presentes en nuestras mentes y sus mil expresiones aun nos persiguen para guardar nuestro rumbo y el de los nuestros.

Cuando me encuentro en una encrucijada me pregunto «qué haría Mamá». Creo que tenía una línea directa con Dios…no había el Whatsap de hoy día o las redes, pero con una sola palabra suya bastaba para resolver cualquier impase o situación. La mas increible «influencer» de su tiempo.
Siempre se llevó super bien con sus vecinas y mantenía una política de 0 chismes…a mí a cada rato me decía «esas no son cuentas de tu rosario». Su amoroso y paciente trato eran legendarios …confiaba en la providencia divina y respetaba los tiempos de Dios para cada cosa. Mamá nos decía…»a cada día su afán»…»amanecerá y veremos»…»no por tanto madrugar amanece más temprano»…en fín, una frase o proverbio popular para cada ocasión.
Mamá entendía que era responsabilidad de todos levantar una generación sana y bien educada. Valoraba cualquier corrección que un vecino nos hiciera (aaay Tita Lillian!!) y ella no vacilaba en corregir al vecinito trascendido del momento.
Hoy día algo de mi madre continúa en cada una de mis hermanas, primas y amigas… nos modeló como ser madre y guía de nuestros hijos. Con gozo veo que mi hija, Alina, heredó su misma firmeza, paciencia y dulzura que aplica día a día a su familia.
Confío en que algo de lo de ella siga siendo parte de mí. Gracias Señor, gracias porque una madre como la mía… ninguna
