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28 de diciembre 2025
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Una Foto Capciosa

Mis artículos los escribo de mis vivencias personales. Los hago como ser humano. A pesar de ser un servidor público, me despojo de esa condición y mi prosa la enmarco en los parámetros de mi conciencia y mis convicciones personales. Como dominicano que soy, y que llevo mi Patria a todo lado, no acepto que […]

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Mis artículos los escribo de mis vivencias personales. Los hago como ser humano. A pesar de ser un servidor público, me despojo de esa condición y mi prosa la enmarco en los parámetros de mi conciencia y mis convicciones personales. Como dominicano que soy, y que llevo mi Patria a todo lado, no acepto que a ésta la mancillen. El que osare denostar a mi Patria siempre me tendrá de frente, no importándome las consecuencias que pudieran derivarse de dicha afrenta. Mucha sangre que ha costado la construcción de nuestro país, para que gente con fines aviesos quieran vilipendiar nuestro pobre, con una retahíla de problemas, pero orgulloso país.

En la novela El Pintor de Batallas, del laureado escritor español Arturo Pérez-Reverte, el fotógrafo Faulques tomaba imágenes desconociendo realidades y ofreciendo sus “puntos de vista” totalmente divorciados de la objetividad para buscar premios internacionales, mientras que Ivo, participante directo en la guerra disentía de esas fotos que únicamente le trajeron grandes problemas.

La semana pasada me apersoné al Centro Cultural de España, ubicado en el exclusivo sector de Palmira en el centro de Tegucigalpa en Honduras, para disfrutar de la exquisita cartelera cultural que por todo este mes de junio han preparado las autoridades españolas para el público catracho. En una de las salas de esa institución dedicada al arte y la cultura se está exhibiendo una exposición fotográfica de Centroamérica.

El uso de la luz y los colores me encandiló y me atrapó todos los sentidos. Al acercarme a una de las fotografías noté que la misma se refería a mi país. La misma era del destacado fotógrafo chileno radicado en República Dominicana Orlando Barría. La imagen era de niñas inmigrantes haitianas, que el fotógrafo de la agencia EFE, tomó, y que según él, “juegan al caer la noche, el día 11 de mayo del 2015 en el batey Los Pelaos”. Hasta ahí está todo bien.

Pero donde viene el veneno y la rastrera campaña internacional en contra de mi Patria, es en el segundo párrafo, cuando dice este artista del lente y la mentira: “Las condiciones que viven los inmigrantes haitianos en República Dominicana son precarias, principalmente en salud y abastecimiento de agua potable”.

La pena me embargó y pensé: ¿Quién le dijo a este señor que el problema del agua potable en República Dominicana es un mal inherente únicamente a los inmigrantes haitianos? Si este fotógrafo fuera justo notaría que hasta las clases medias dominicanas padecen de este mal, pues en sectores muy exclusivos del país, regularmente se siente la escasez del agua potable que se hace insuficiente en toda la geografía nacional. No parece que Orlando Barría viva en República Dominicana y desconozca la realidad del agua potable.

Ese segundo párrafo de la foto está totalmente divorciado de la imagen y parece traído por los cabellos. Si era mencionar el problema del agua lo que quería el fotógrafo Barría, pudo poner a niñas dominicanas que enfrentan la misma escasez, y que al parecer no motivan el lente anti objetivo del artista.

Pero si el asunto de la escasez del agua potable es una falacia tratada en la foto, lo de la salud cae en lo protervo. Decir que esos inmigrantes haitianos viven en precarias condiciones de salud raya en el fanatismo anti dominicano. En mi último viaje a Santo Domingo estuve en el hospital Robert Reid Cabral, conocido popularmente como El Angelita, en donde acudí a comprar algunos medicamentos en la Farmacia del Pueblo, y de 10 parejas que observé que llegaban con niños en los brazos, 4 eran haitianas.

Apuesto a que este señor fotógrafo no le interesa las condiciones de la salud para toda la población en Haití. El interés subyacente que se desprende del pie de foto luce ser la presentación de las instituciones de República Dominicana como discriminatorias y excluyentes.

La manipulación de la imagen con su pie de foto (en las cátedras de periodismo que he tomado siempre se hacía alusión a que esos pie de fotos no son objetivos ni inocentes) parece buscar crear una mácula en un cacareado trato discriminatorio, cuando la realidad es que esas niñas de la foto de Orlando Barría disfrutan casi de las mismas condiciones que las niñas dominicanas (la escuela dominicana está atestada de inmigrantes haitianos, ahorrándole recursos al Estado Haitiano, que es en última instancia es el que debe hacerse responsable de sus ciudadanos).

Por la mal sana campaña internacional llevada a cabo en contra del país, me atrevo a colegir de que la foto de Barría se enmarca en esa tesitura de la que algunos artistas participan. El arte a veces es puesto al servicio de intereses inconfesables.

Por Elvis Valoy