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24 de diciembre 2025
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OpiniónJulián PadillaJulián Padilla

¡Un pitcher de verdad!

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Estamos volviendo al mismo proceso de creación falsos líderes en la sociedad dominicana y para ello, aunque no se quiera manifestar la mano patrocinadora, por necesidad hay un financiamiento y todo un plan estratégico de imagen y comunicacional instalado.

Y las respuestas de los mismos tontos útiles, soñadores de siempre, comienzan a manifestarse.

Es posible que existan algunas personas que de manera voluntaria se sumen a “al propósito”, y que ese propósito sea conveniente y noble.

Pero la practica ha demostrado, que esos “bonachones” como lo decía un amigo hartamente contaminado en el arca de nuestra política, al cabo de un tiempo abandonan el barco, porque se dan cuenta que todo era una manipulación, una mentira y se le hace muy difícil entonces convivir con el olor a orine de roedor, pero se mantienen un tiempo, para poder seguir cobrando el financiamiento y para seguir haciendo la otra parte, es decir el circo. Si el mismo pan y circo tantas veces comentado, pero con caretas de pitcher de grandes ligas sin nunca haber lanzado una pelota cerca de home..

Una de las principales estrategias de ataque, para lograr la formación de un grupo que tenga algún grado de cohesión, es precisamente el asesoramiento, el acompañamiento, y el apoyo logístico, (que tiene tremendo costo) en esto procesos políticos, disfrazados de activismo social.

Lo triste de todo esto es que mucha gente “buena” se engancha al apoyo noble de una “causa noble”, mientras la verdad más que ideológica es económica. Pero luego que se tiene el posicionamiento del producto, del falso líder, entonces es zarandeado hacia otros fines muy distintos a la supuesta gloriosa causa.

Hay una línea muy fina que se cruza con mucha facilidad y frecuencia. Esto normalmente sucede en dos formatos parecidos. El más sano, es cuando nos llegamos a creer que somos una especie de mesías y entonces nos crecen las patas de pulpo, y queremos abarcarlo todo, entonces perdemos el enfoque y se dispersan las energías, y la verdad que siempre sale a flote, nos traiciona.

El otro camino aunque parecido, tiene una alta dosis de manipulación y de pensamiento maquiavélico, es decir, explotar las coyunturas que siempre estarán presentes, y como mercader común, comenzamos a explotar todas las oportunidades. Es decir, nos convertirnos en oportunistas, igual que los tantos que siempre criticábamos. Al final, todo es más de lo mismo en la misma farsa democrática en que vivimos.

Y sé que usted qué me está leyendo quisiera decirme, pero aterriza, ¿de quién quieres hablar? Hoy solo les comento el pecado, les dejo a usted los pecadores.

Pero la verdad es que en ese espejo hemos visto pasar a muchos, que iniciaron sus luchas autenticas, se convirtieron en reales activistas sociales, ganaron el apoyo alguna gente, pero luego dieron el paso hacia el abismo, pretendiendo algo legitimo, pero desgastado, desacreditado y entonces coqueteamos con el poder y alguna candidatura. Y en ese espejismo queda retratado que nunca hemos lanzado una pelota en el partido de pelota.

Los partidos políticos son prostitutas, bueno más bien prostíbulos. Y no les importa recoger cualquier categoría de gurgucias y chirusas siempre y cuando tengan público. Lo que buscan es votos y en ese sentido, TODOS son iguales, chulos que enamoran todo lo que puede sumar votos, aunque venga del peor de los burdeles.

Y por eso mismo, hemos destruido el sistema democrático del país, y nadie cree ni confía en un “político”. El desprestigio es tan grande que cuando una persona es presentada y le dicen al otro, el es político, en la mente del interlocutor si es serio, esta el juicio crítico que dice de inmediato: y este cree que me está diciendo la gran cosa.

Y si, si es un arfil, un cuadro político, un dirigente, de un partido con vocación de poder, si su partido gana, se volverá una celebridad cuando sea nombrado en alguna posición que maneje presupuesto, aunque en su cerebelo solo existan alas de cucarachas.

Esto es que lo que importa llegar al poder, pero quienes utilizan el falso liderazgo para hacerlo desde las luchas sociales nobles, y han sido unos cuantos, sencillamente engañan poblaciones enteras, que también se creyeron el cuento de su empatía al interés popular.

Pero se nos pasa como cuando el coach de bateo le dice al bateador de turno, al ver que el pitcher muestra descontrol en sus lanzamientos, “no haga pitcher”. Es decir, que no le haga swim a las pelotas malas. Esto no solo reduce la posibilidad de embasarse o anotar carreras, sino que además, permitimos que un lanzador malo saque outs sin meritos.

Y eso estamos haciendo con frecuencia en el país. Hacemos pitcher, creando falsos líderes, personas que nunca han conocido la zona de strike, y pretenden convertirse en el conejo buck, que cubría todas las bases al mismo tiempo, y hasta se convertía en público, umpire y bateador del equipo contrario.

Pero hay algo que incide de manera natural. Y es que el tiempo se encarga de quitar las caretas, aun cuando el dinero hace de las suyas, y compra las no existentes conciencias, de los seudo activistas sociales.

El carácter está ahí, y en el radican los reales principios y valores de la gente. Esto se vuelve necesariamente en actitudes y conductas y de manera inevitable, viene la cosecha, y se demuestra con claridad: nuestras intenciones y de que material estamos hechos.

Necesitamos pitchers de verdad. No hagamos pitchers, no creemos falsos lideres. Cuando se trata de un pitcher de verdad, que también puede estar descontrolado, tenga la certeza de que retomara control, y demostrara el material del que está hecho.

Pero volviendo al terreno político, el falso líder, no aguantaría mucho tiempo sin dejar fluir la verdad de sus intenciones. Y de casos que comienzan a verse, nos daremos cuenta muy pronto de su calidad y su carácter, solo basta esperar que se comiencen a realizar las campanas pre electorales. Sabremos ahí, donde tuerce la puerca el rabo.

Por: Julián Padilla.

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